El Juzgado de Instrucción número 2 de Jaén ratificó ayer la pena de prisión sin fianza del presunto pederasta detenido la semana pasada gracias a los videos entregados por un ladrón que entró en su domicilio. Antonio B. G., de 64 años, fue enviado a prisión acusado por la Policía Nacional de abusos y agresiones sexuales, según informaron el pasado día 20 en un comunicado.
Fuentes policiales indicaron que en los videos se distinguía perfectamente que quien matenía relacciones sexuales con los niños era el acusado Antonio B. G., quien no negó en su primera declaración dicho extremo.
Tras su segunda declaración ayer, el titular del Juzgado de Instrucción Número 2, Antonio Valdivia, ratificó la prisión para el presunto pederasta. Mientras tanto, los agentes de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Comisaría de Jaén continúan investigando, ya que creen que podría haber más niños afectados. Hasta el momento tienen constancia de cinco, los cuatro por los que se encausó a Antonio B. G. y un tercero, que denunció haber sufrido abusos en el año 1989.
Detención
Antonio B. G. fue fundador de la Asociación Juvenil Fénix en el año 1981, cuya sede está situada en la plaza Cruz Rueda. Según informó la Policía Nacional tras su detención, “utilizaba su condición de entrenador de fútbol-sala para contactar con los menores”. La investigación posterior ha permitido identificar en ese momento a “cuatro menores víctimas de abusos y agresiones, entre ellos un chico de 16 años que podría llevar desde los diez sufriendo estas prácticas”. Después apareció el quinto afectado que denunció los abusos en el año 1989. Los agentes de la Policía Nacional pudieron detener al presunto pederasta después de la llamada del ladrón que entró en su domicilio y que se puso en contacto con el 091 para decirles que había dejado debajo de un coche en la Avenida de Andalucía los videos y una nota. En ella había escrito: “He tenido la desgracia de que han caído las cintas en mis manos y me veo en la obligación de presentarlas dejando que ustedes hagan su trabajo y puedan meter a ese... en la cárcel de por vida”. Tras el visionado de las grabaciones, los investigadores identificaron Antonio B. G. y lo detuvieron. Según la Policía se ganaba la confianza de los niños en las instalaciones deportivas en las que trabajaba y les convencía para ver juntos películas pornográficas. “Posteriormente, incitaba a los pequeños a masturbarse y finalmente abusaba sexualmente de ellos”, añade la Policía.