El presidente de China, Xi Jinping, ha prometido este domingo que los responsables del ataque ejecutado el sábado en la estación de trenes de la ciudad de Kunming, en el sur de China, que se saldó con 29 muertos y 130 heridos, serán castigados y ha urgido a las autoridades a esclarecer el caso.
Así, ha ordenado que se "suprima con firmeza" el "ímpetu terrorista" y que "se sea consciente de la grave y compleja situación antiterrorista", según ha informado la agencia china de noticias Xinhua.
Xi, que también preside la Comisión Nacional de Seguridad, ha pedido además a las fuerzas de seguridad que hagan frente "aplasten" las actividades terroristas en todas sus formas, que salvaguarden la estabilidad social y garanticen la seguridad de las personas y sus propiedades.
Por su parte, el primer ministro, Li Keqiang, ha solicitado a las autoridades locales que "persigan y castiguen severamente" a los sospechosos y que "fortalezcan las medidas de control y prevención para garantizar la seguridad de los lugares públicos".
El Gobierno municipal ha indicado que las pruebas recabadas en el lugar del suceso apuntan a que el "atentado terrorista" fue orquestado por los grupos separatistas uigures de Xinjiang.
Aunque la investigación aún está en marcha, las autoridades locales señalado a los grupos que persiguen la independencia de la región autónoma de Xinjiang, de mayoría musulmana, situada en el noroeste del país, según ha informado la agencia estatal de noticias china, Xinhua.
Pekín ya acusó en octubre a estas mismas facciones del atentado perpetrado en la emblemática plaza de Tiananmen, en la capital china, en la que hicieron explosionar una camioneta. Cinco personas murieron y 38 resultaron heridas. La presidenta del Congreso Mundial Uigur, Rebiya Kadeer, reivindicó la autoría de dicho atentado, llevado a cabo el 28 de octubre, y lo calificó de acto de protesta.
