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Arcos

El arte encendido de la pintura

Las pintoras arcenses María Luisa Rey y Mónica de la Rosa exponen en el salón cultural San Miguel la muestra \'Dos velas, dos almas\'

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  • Rey y De la Rosa. -

La Delegación de Cultura inaugura en el salón San Miguel una exposición conjunta, a la que sus precursoras han colocado un nombre luminoso, hecho de velas y almas, de vuelos y purezas. En esta entrevista nos explican su concepción de la pintura, de la emoción en colores. Son dos mujeres que viajan para conocer a sus maestros, que puedes encontrártelas en Madrid en una exposición de Cezanne. Entre los atractivos de esta Semana Santa, sin duda está éste de asomarse a la pintura limpia de dos mujeres: Mónica de la Rosa y María Luisa Rey.

—Dos Velas. Dos Almas. Para titular su exposición conjunta han utilizado ustedes dos elementos luminosos: la vela, su luz pura, y el alma, esa luz interior. ¿Tan entusiasmadas están con la luz? ¿Tanto valor tiene la luz en sus respectivas pinturas?
— Mónica: Pues sí, la luz, tiene una importancia principal en todo lo relacionado con la pintura, no sólo el saber captar la luz física en los cuadros, sino también ver la luz que te guíe  y te enseñe en este mundo tan bonito y difícil  como es la pintura. La luz es primordial, y viviendo donde vivimos, hay que contar siempre con ella.
—María Luisa: Para mí, personalmente, sí es importante, aunque en mis obras no siempre esté aplicada. La Luz del título de esta exposición es más un símil que el sentido literal de la palabra. Nosotras hemos tomado el significado de dos velas como que somos dos personas con luz propia, cada una con su personalidad y estilo. Ya que es complicado poner un título a dos pinturas con diferentes maneras de realizarla. La luz física en la pintura es conceptual y artificial, creada por el hombre. La luz en la pintura no siempre es física.


—¿Creen ustedes que la pintura, como la poesía, como la música, tienen la obligación de emocionar?
—Mónica: Yo hablo por mí, yo necesito emocionarme, busco la emoción para pintar. Pienso que si lo que se hace, sea pintura, poesía, música...., si no se hace con emoción no transmite, y es primordial  que tu trabajo transmita, luego que esté bien hecho y finalmente que guste o no guste, pero que transmita, por lo menos una parte de lo que a ti te transmitió al elegirlo y trabajarlo. Yo fundamentalmente me baso en buscar emoción en lo que hago,  si no, no me nace.
—M.L:  No tiene porqué, ya que la pintura es un rincón para contar una historia, expresar algo de tu interior, sentimientos, emociones, etc.; es una lucha interna hasta sacar lo que tienes dentro, el alma. Que igual que la poesía no tiene porqué emocionar, uno pinta, o uno escribe lo que siente, no para los demás, sino para uno mismo.  Cuando se convierte en una obligación pasa de  ser  arte a oficio: es trabajo de artesano. Como decía Picasso, hay diferencia entre pintor y artista, pintor es el que pinta lo que vende y artista vende lo que pinta, y aquí está la diferencia.


—Ramón Gaya, pintor murciano, diferenciaba el arte de la creación, y defendía que la verdadera pintura es la que se hace carne, la que es naturaleza. ¿Se pinta hoy mucha cosa prescindible, mucho cuadro decorativo y sin sustancia?
—Mónica: Ja, ja, ja. A mí aún me queda muchísimo por aprender, para tener la osadía de poder criticar la pintura de otros. Creo que debo dedicar mi tiempo a aprender y no a criticar, me queda mucho camino por recorrer. Pero sólo decir que hoy somos muchos los que pintamos, y que todo no puede valer. Es por ello que hay que ponerse las pilas, trabajar, estudiar, ver buena pintura y no emborracharse de todo; hay que ser selectivo a la hora de ver, y para eso tenemos a los grandes maestros: Velázquez, Goya, Tiziano, Leonardo da Vinci, Turner, Caravaggio....
—M.L.: Muchísimo. Hay pintores que lo tienen como un  trabajo de decoración de paredes. Los hay muy buenos como en todo los demás trabajos. No hay más que ir a la feria de Arte Arco, en Madrid, para darte cuenta de todo esto. También hay mucha pintura digital, no por ello es más mala. La pintura es muy subjetiva, no a todo el mundo le emociona lo mismo y no por ello es peor o mejor.


—¿Qué esperan de esta exposición conjunta que se inaugura hoy día once de abril?
—Mónica: ¿Esperar? Bueno, más que nada es una ilusión que hemos compartido siempre las dos de exponer juntas. Una ilusión que nos nació en nuestros comienzos cuando íbamos juntas a la misma academia a pintar y de ahí surgió esta idea y esta amistad. Ahora en este día, esperamos que sea del agrado de todos esta exposición, que les aporte y que les transmita, y si no es mucho pedir, que se vayan de la exposición con que algún cuadro les haya dado un pellizquito en el estómago. Con eso me doy por satisfecha.
—M.L: Lo que yo espero de esta exposición..., primero es cumplir un deseo de hace tiempo de exponer con una amiga que compartimos el arte y la amistad. Segundo que, aunque es un tema que a mí personalmente no es el que más me guste pintar, pero lo decidimos y así lo mostramos, espero que vean en ella la pasión y el trabajo que he puesto en hacer esta obra. Que emocione o no ya depende de la visión del que la observe.


—¿Tienen sus respectivas pinturas algo, o mucho, en común?
—Mónica: Ha sido un proyecto que hemos tenido siempre Luisa y yo, de un día exponer juntas, pero ni sabíamos cuándo ni dónde ni cómo. Creo que no ha sido el mejor momento, no teníamos la exposición preparada, y cogimos la idea y nos pusimos a trabajar sobre la marcha.  Yo tengo una niña de cuatro años y dos adolescentes que me quitan mucho tiempo, y no puedo dedicarle todo el tiempo que me gustaría a la pintura; eso sí, todos los días intento sacar un ratito para pintar, inclusive los domingos. Nosotras teníamos en un principio un mismo camino, casi misma o parecida pincelada, y es por ello por lo que nos hacía ilusión. A cada una, creo, se le ve su camino y su pincelada, y ya no se nos ve la similitud; ella le puede dedicar más tiempo que yo, pero bueno, ahí voy y sé que llegaré a tener también el tiempo y la dedicación de ella, todo se andará o se pintará... Aprendemos una de la otra, nos comentamos lo que hacemos, vamos juntas a todas las exposiciones que podemos e intentamos aportarnos todo lo que podemos. Es para mí un honor poder exponer con ella.
—M.L.: Al principio, sobre 2003,  sí eran muy parecidas, pero yo tenía muy claro que no me quería quedar en una pintura realista y seguí mi búsqueda más sobre la pérdida de la figuración, la gestualidad en el trazo y de insinuación, rondando en algunas obras el expresionismo, pero no perdiendo la figuración. Aún sigo, pues, en este mundo de la pintura, que es un camino muy largo.

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