Año muy movidito en las altas esferas nervionenses el que se ha vivido en la que a la postre ha sido en lo deportivo otra temporada para la centenaria historia.
Todo comenzó allá por el mes de diciembre. Entonces, la Justicia habló y actuó definitivamente sobre la corrupción en el ‘caso Minutos’ del entonces presidente José María del Nido. El letrado ha sido, y para algunos lo sigue siendo, el pilar fundamental de una última década donde se han venido acumulando éxitos deportivos. Pocos imaginaban un Sevilla sin Del Nido en el sillón presidencial. Pero llegó el 5 de marzo y el ya expresidente tuvo que iniciar una condena que se alarga a siete años de prisión.
Entonces, el barco nervionense se tambaleó como pocas veces ha hecho en su longeva historia. Faltos de poder, el sevillismo no encontraba un rumbo acertado, menos aún cuando hasta el propio Unai Emery era más que cuestionado por la afición.
Pero entonces apareció la figura de José Castro, el hombre que vivió once años en la sombra del propio Del Nido, para transmitir un halo de esperanza en momentos y tomar los mandos de la nave. Fue ahí cuando la paz se hizo en Nervión. Además, con el regreso de José María Cruz a la dirección general, hombre de confianza para buena parte de la afición. Y, principalmente, tras la marcha de Vizcaíno, mano derecha de Del Nido y enemigo de tantos.
Lo cierto es que no ha sido un año sencillo en la zona noble del Pizjuán, pero la realidad es que se ha levantado el tercer título europeo. Apeado queda Del Nido, el presidente que dio forma a este sueño.
José Castro tomó el timón tras 11 años
Pocos lo esperaban pero el utrerano llegó al poder en el momento adecuado y, quizás, en el más necesario. Pepe Castro ha transmitido la calma institucional necesaria para que lo deportivo siga fluyendo a su ritmo. Ciertamente, pocos peros se les puede añadir al mandatario, el presidente 33º de la historia del Sevilla FC.
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