"Vamos a coger por los sitios más calamitosos de Jerez”. Así se presenta el deterioro del patrimonio jerezano a pocos minutos de empezar una nueva edición de la Ruta de la Barbarie, ese paseo por el Jerez histórico, olvidado y mísero, abandonado durante años y que ha sido objeto de denuncias por parte de asociaciones que defienden el patrimonio de uno de los centros históricos más importantes de Andalucía, pero a la vez “maltratado por los propios ciudadanos y por los diferentes gestores de la ciudad”.
Esperanza de los Ríos es la que lleva la voz cantante de una ruta que durante 120 minutos nos servirá para comprobar el estado de inmuebles, plazas y hasta templos de la ciudad y casualmente justo un año después de la creación de la Mesa del Centro Histórico, todo un logro para vecinos y amantes de la historia jerezano y que ha servido “para que el Ayuntamiento empiece a escuchar las reclamaciones de todos los jerezanos”, señala esta profesora, historiadora y miembro de la ya citada Mesa del Centro.
El punto de partida es la plaza Rafael Rivero y la plaza Escribanos, actualmente de la Asunción, la meta. Por medio, las “barbaridades” que el centro neurálgico de la ciudad ha sufrido, aunque también se podrán comprobar los avances que el Consistorio jerezano ha puesto en marcha tras la creación la Mesa hace 12 meses. Obras aprobadas, pero a expensas de un largo proceso burocrático.
La mesa del centro histórico
En julio de 2013, hace justo un año, se constituía la Mesa del Centro Histórico, cuyos miembros van desde representantes de asociaciones que defienden el patrimonio jerezano, comerciantes, colectivos vecinales o grupos políticos, hasta instituciones, o la Universidad, entre otros, así como los delegados y técnicos de las áreas implicadas en el futuro Plan Estratégico Integral de Regeneración del Centro Histórico. Esta mesa de trabajo se formó con el objetivo prioritario de “trabajar de forma conjunta en la recuperación integral del este espacio”, pero las actuaciones no han terminado de prosperar. María José García-Pelayo, alcaldesa de Jerez, reconocía que dicha Mesa “no parte de cero, sino que desde las delegaciones de Urbanismo y Cultura, junto con Emusujesa, se ha estado trabajando en una propuesta de intervención que parte de un análisis previo de la situación del centro histórico”.
"Todo está igual y nos ponen muchas excusas", defiende De los Ríos antes de merodear la calle San Marcos, rumbo al templo. De hecho, como comprobará el lector en este viaje en el tiempo jerezano, “tan solo se han blanqueado las paredes de la bodega de Parra Guerrero, por lo demás, poco se ha hecho”. Tras pasar por una fachada del Siglo XVII que ha perdido su policromía original, los seguidores de esta ruta, que ya llega al centenar, comprueba otro de los problemas del patrimonio en Jerez.
“Nos encontramos un jueves por la tarde las iglesias cerradas y parece que no nos damos cuenta que el patrimonio da dinero”, denuncia De los Ríos. Comprobamos aberraciones estructurales y pérdidas importantes como la del colegio de la Compañía de Jesús, o la de un palacio del Siglo XVII y que ahora alberga un inmueble de viviendas de finales de los años 70, y llegamos a la calle Canto, donde el jerezano se encuentra con una fachada mudéjar del Siglo XV, la parte posterior de la bodega Parra Guerrero, actualmente dentro del plan de rehabilitación de la Mesa del Centro.
una medida polémica
A principios de julio el Ayuntamiento de Jerez anuncio la inversión de 4,5 millones de euros para revitalizar el casco histórico, así como el patrimonio histórico de la ciudad. Antonio Saldaña, primer teniente de Alcaldesa, detalló algunas de las propuestas como la adecuación de la plaza de Belén que persigue revitalizar el espacio, o la rehabilitación del Tabanco del Duque, pared con pared con la anteriormente citada bodega Parra Guerrero. Además, las actuaciones contemplan la demolición de varios edificios como la antigua sede de la Once o próximos a la iglesia de San Juan de los Caballeros para abrir nuevos viales, necesarios para los vecinos. La partida llega tras la concesión del servicio del agua y la medida ha tenido muchas críticas, tanto de asociaciones como de partidos de la oposición. De esos 4.500.000 euros, quedan 3,1 millones para los proyectos de inmuebles y plazas, el resto va destinado a reformas de templos de la ciudad y las críticas no han faltado.
Y de un proyecto aprobado pasamos a otro olvidado. “No podemos permitirnos el lujo de perder más patrimonio”, denuncia Esperanza de los Ríos, que señala que en la zona “no se ha hecho más que tirar y tirar”.
Llegamos a la plaza Belén tras pasar por San Lucas, donde el templo “gracias a las cofradías y a los vecinos” salva la estampa. Y es que un palacio del Siglo XVII como el de Montegil lleva años abandonado “y años ocupado, pero con K”, aunque la aprobación del proyecto de reforma está a la espera . Su fachada choca con otro proyecto en el olvido, la antigua cárcel y posterior colegio Luis Vives. Es decir, la Ciudad del Flamenco. Un obra faraónica que el Consistorio parece no querer abandonar y que debería haber acabado hace tres años, pero que a día de hoy “parece más una zona bombardeada”.
También ha pasado al olvido la construcción de la residencia de estudiantes, junto a la calle Curtidores y a la espalda de la Comisaría de Policía. Lleva ya una década en el olvido y los tres edificios del XVII que se mantienen en pie gracias a unos soportes no tienen pinta de querer aguantar mucho más. A esto, hay que sumar que en dos años el actual edificio de la comisaría empezará a estar en desuso, “y eso supone un gran riesgo de abandono para toda esta zona”.
Reacción de las instituciones
Obviamente, la Mesa del Centro Histórico no se ha quedado de brazos cruzados y quiere evitar que la destrucción patrimonial vaya a más. Desde hace años el Ayuntamiento está atado de pies y manos y es la Junta la que determina las obras debido al cambio del Plan General de Ordenación Urbanística del 2008, por ello, la Mesa acordó el envío de un escrito a la Junta de Andalucía solicitando que el Ayuntamiento recupere las competencias para la aprobación de intervenciones en el centro histórico y en edificios catalogados. El objetivo no es otro que el de agilizar unas actuaciones que siguen pendientes de la aprobación de la Junta de Andalucía. Hay que recordar que la mayoría los proyectos que se ejecutarán en el centro histórico dentro del Plan de Actuación 2014-2015 están a la espera de recibir el informe de la comisión provincial de la Consejería de Cultura, y por tanto, no se puede continuar con su tramitación. Esto, como es obvio, desespera a los miembros de la Mesa, así como a los vecinos de la zona.
Llegamos a la plaza Escribanos, actual plaza de la Asunción, donde los bajos de una antigua cárcel alberga ahora un bar y el edificio del Cabildo Antiguo impera. Una bonita estampa tras pasear “por los sitios más calamitosos de Jerez”, recuerda Esperanza de los Ríos. Una situación a la que se le está poniendo arreglo desde la base, con el primer año de vida de la Mesa del Centro Histórico, pero que tiene, a día de hoy, mucho que mejorar, siempre que la burocracia lo permita.
El tabanco del Duque, un emblema en proceso de rehabilitar (despiece 1) Cuando en octubre de 2013 el techo del mítico Tabanco del Duque se vino abajo, la gota colmó el vaso para las distintas asociaciones que defienden el patrimonio jerezano. Los números 22 y 24 de la calle Juana de Dios Lacoste constituían este mítico tabanco del 'Duque de lo Imposible' y la bodega de los Parra Guerrero que ha pasado al olvido, pero que no deja de sorprender. Derruido por el Ayuntamiento, la rehabilitación de este espacio es uno de los proyectos aprobados desde la constitución de la Mesa del Centro Histórico, y todo, manteniendo su patrimonio, datado del siglo XV.
“Debemos tener un plan estratégico e integral para definir todos los proyectos y debemos hacerlo entre todos los ciudadanos”. Carlos Gutiérrez Corchado es arquitecto y miembro de la Mesa del Centro y su firma, Living Town, se encarga de darle el cambio necesario a uno de los patrimonios jerezanos que más ha sufrido el paso de los años. “Es una necesidad rehabilitar el Tabanco del Duque porque se cae”, recalca, a la vez que recuerda que “los gestores han de poner los cauces y la Mesa está trabajando en un plan que va lento, pero que esperemos dé sus resultados”.
Con el objetivo complicado de recuperar los espacios y mantener viva la estructura, desde vigas a muros, pasando por columnas que han sido expoliadas, el Tabanco del Duque se recuperará, según el Ayuntamiento, para el asociacionismo de Jerez, aunque una de las misiones importantes para la Mesa es la recuperación del tránsito de la calle Juana de Dios Lacoste, cerrada desde los años 80 y restringida por el acceso de un aparcamiento subterráneo que se llevó por delante unos yacimientos arqueológicos. El proyecto está sobre la mesa del Consitorio, las mallas de seguridad llevan colocadas desde su derribo, hace ya casi un año, y la ilusión servida. El Tabanco del Duque volverá a ser una realidad, aunque la bodega Parra Guerrero, del siglo XVII, tendrá que esperar un poco.
“A veces se anteponen los intereses políticos”
Alejandro González es el presidente de la Asociación de Vecinos del Centro Histórico de Jerez y lo deja claro: "Los vecinos confiamos plenamente en la Mesa del Centro Histórico". El representante vecinal asegura que la creación de la Mesa, un año después, "va a servir para empezar a arreglar todo esto porque es necesario y hay muchas obras que están en fase de adjudicación, como el Palacio Riquelme, y obras que la Junta ha devuelto el proyecto para subsanar detalles", aunque recuerda que " la burocracia en este país es muy larga y no permite que las obras empiecen de un día para otro".
González apuesta por "no desesperarse", añadiendo que "hemos estado esperando 30 años, no vamos ahora a poner el grito en el cielo por seis meses, aunque lo entiendo". A pesar de todo, el presidente de los vecinos del centro histórico de Jerez denuncia los problemas a la hora de empezar las obras, dejando claro que se debe a "maniobras políticas.
El Ayuntamiento no tiene las competencias sobre el patrimonio por haber cambiado el PGOU hace algunos años, se han pedido las competencias, pero no se las dan, y eso es un atraso porque hablamos de instituciones que no están gobernadas por el mismo signo político y a veces se anteponen los intereses políticos a los de los ciudadanos". A la hora de analizar la situación de la zona, González apunta que su principal preocupación recae en una calle, la calle San Blas, básicamente porque "lleva siete años cerrada al tráfico por una intervención privada y si se hubiera empezado la obra ya se habría acabado, pero nunca empezó y la calle sigue cortada".