Miles de personas han acudido a Saint Louis, en Misuri, para asistir este lunes al funeral de Michael Brown, el joven afroamericano que murió tiroteado por un policía, reavivando con ello el debate sobre el racismo en Estados Unidos.
El Friendly Temple Missionary, la iglesia baptista donde se celebra el funeral de Brown, tiene una capacidad para 2.500 personas, pero se ha visto sobrepasada, por lo que cientos de personas se congregan en sus alrededores.
El cadáver de Brown yace en un ataud cerrado sobre el que la familia ha colocado la gorra de los Saint Louis Cardinall, su equipo de béisbol favorido, que llevaba cuando murió. Alrededor varias coronas de flores y fotografías suyas. "No hay un adiós, siempre estarás en nuestros corazones", se puede leer en una de las imágenes.
Aunque se trata de un funeral, la gente que está fuera del templo religioso espera el inicio de la ceremonia cantando y bailando. 'We shall overcome', el himno por excelencia de la lucha por los derechos civiles en Estados Unidos, es una de las canciones que más se escuchan.
"No puedes cambiar el comportamiento de una persona de la noche a la mañana, pero puedes ayudar. Espero que hoy se pueda ver a un montón de gente reunida de una forma solemne para mostrar su respeto a alguien", ha dicho Hilliard Phillips, un cartero que trabajaba en la calle en la que Brown fue tiroteado.
Ayer, el padre de Brown ya hizo un llamamiento a la calma, después de semanas de disturbios callejeros en Saint Louis en el marco de las protestas por la muerte de su hijo. "Todo lo que quiero mañana es paz mientras velamos sus restos mortales", dijo.
Está previsto que la ceremonia comience con un sermón del reverendo Charles Ewing en nombre de la familia Brown, al que seguirá otro del reverendo Al Sharpton, que abordará el suceso desde una "perspectiva nacional", según ha informado la cadena estadounidense CNN.
También se espera la presencia del activista por los derechos civiles Jesse Jackson, también reverendo, así como de tres asesores presidenciales de la Casa Blanca.
CASO BROWN
Brown, de 18 años de edad, murió el pasado 9 de agosto tras recibir varios disparos del agente Darren Wilson, tras una discusión cuyo contenido todavía no ha trascendido y en circunstancias que todavía no se han aclarado.
Un testigo y la familia de Brown aseguran que el joven se estaba entregando e iba desarmado cuando Wilson le disparó, algo que corrobora una autopsia realizada por el forense Michael Baden, que revisó las del presidente John F. Kennedy y Martin Luther King.
No obstante, la investigación está en curso y todavía quedan por conocer los resultados definitivos de las tres autopsias que se han encargado: la de Baden, la del condado de Saint Louis y la realizada por un forense militar.
Desde que murió Brown, los residentes locales se han manifestado casi a diario para exigir una investigación seria. La Policía ha reprimido duramente estas protestas, dando lugar a graves disturbios que llevaron al despliegue de la Guardia Nacional.
El caso de Brown, ha reavivado --junto a otros como el de Trayvon Martin, otro joven afroamericano que murió tiroteado por un vigilante de barrio en Florida-- el debate sobre los prejuicios raciales que aún persisten en Estados Unidos.