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La hostelería de El Mamelón, entre el temor del botellón y la bulería

En los bares de la zona hay división de opiniones sobre la repercusión en las cajas de la Fiesta de la Bulería del sábado

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  • Una terraza junto al escenario -

 Hace casi dos semanas triplicaron las ventas al estar en pleno centro neurálgico de la Vuelta Ciclista a España y en tres días tienen oportunidad de volver a hacer caja con la Fiesta de la Bulería, pero en el entorno de la Plaza del Mamelón hay división de opiniones entre los bares sobre el tirón que tendrá en sus cajas la celebración de esta cita con el flamenco a pocos metros de sus locales. Expectativas hay, aunque las justas, teniendo en cuenta que las actuaciones son por la noche y que el público que acude a esta cita “no tiene nada que ver con el que viene a la Vuelta, que reunió a familias enteras. Estuvimos todo el día al 100% y parte de la semana”, comenta Andrés, el encargado del Bar Cristina, al margen de que coincida con el resto de negocios en que lo más importante es que se revitalice el centro. “Todo lo que se haga por el centro es bueno”, relata mientras sonríe cuando se le pregunta si El Mamelón está de moda.


Por opinar, son muchas las voces que estos días dan por hecho que el ofrecer esta edición gratuita por primera vez va a alimentar que la cita se convierta en un macrobotellón precisamente por esto, aunque, en teoría, el dispositivo de seguridad del Ayuntamiento tendrá que controlar este asunto. Por esta razón, algunos bares de la zona ya advierten que no están dispuestos a que sus baños tengan acceso libre. “La noche es más delicada y por eso nosotros vamos a esperar a que empiecen las actuaciones y a la hora o así cerraremos”, señala este trabajador, que espera sacarle más partido a las horas previas. De hecho, ni sacarán barras fuera ni reforzará su plantilla -habrá dos camareros- como sí hizo durante el fin de semana de La Vuelta.


Más cerca del aún del escenario está el bar Bocarambo, donde sí incrementarán la plantilla esa noche y se dará la opción de reservar en la terraza para que los aficionados del flamenco cenen escuchando a Capullo de Jerez o Jesús Méndez, entre otras figuras de renombre que este año integran el cartel. También harán acopio de más provisiones. “Esperemos que esto se llene y, claro, vamos a tener más cerveza, más vino y  más mercancía que otro fin de semana”, señala Paco, uno de los camareros. Desde el hotel-cafetería El Ancla se divisan perfectamente las andanas con el nombre de Jerez y todo el tinglao que se montará el sábado. Están completos y su propietario, Carlos Díaz, aseguran que no dejan de llamar “gente de fuera” para preguntar si hay hueco alentados por su situación estratégica de cara a este evento con un cartel 90 por ciento jerezano.


Barras en la calle
Por ello, piensan poner toda la carne en el asador porque confían en que “esto va a ser un éxito total” tras resaltar la “buena imagen” que ha dado Jerez con la Vuelta. “Está bien que nos beneficiemos gente que pagamos impuestos todo el año y estamos seguros que el Ayuntamiento va a hacer un buen dispositivo de seguridad para que todo salga bien”, apunta, descartando que el botellón cobre demasiado protagonismo. Frente a las 12.000 personas que reunía esta convocatoria en su época gloriosa, lo que contrasta con el poco más del millar que lo hacía en las últimas ediciones, su nueva ubicación garantiza un aforo de 4.000 personas, sin contar con el público que habrá fuera. En su caso, sacarán dos barras fueras y venderán pescado frito para animar la velada. Ahora toca esperar.

El dispositivo de seguridad municipal

Eguiluz, San Juan de Dios, Sevilla, Guadalete, Gaitán y la parte derecha de la Alameda Cristina se cerrarán al tráfico el sábado, pero a los negocios les preocupa especialmente el plan de seguridad.

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