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Jaén

Miguel López relata el horror durante el golpe de Pinochet

Una publicación en Jaén en el 41º aniversario de la sublevación que destronó a Salvador Allende

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  • Presentación del libro -

“La congoja de despertar cada mañana, abrir los ojos y encaminarme al campo de fútbol en un ritual de madrugada. Las peroratas del oficial de seguridad del campo nos servía para quitarnos las legañas del alma, nos quitaban a diario tanto, que por robarnos nos robaron hasta el miedo”. Este párrafo forma parte de uno los capítulos del libro 198 días, con el que Miguel Enrique López. Scorzoni, un chileno afincado en Jaén, relata su experiencia vivida en un campo de concentración vigilado por los militares del Ejército de Pinochet, que poco antes se habían sublevado contra Salvador Allende.
Miguel López, que llegó a Jaén en 1975 y ha estado durante muchos años muy vinculado al sindicato UGT, asegura que tenía una deuda con su país y con sus paisanos. “Es un libro para que no se olviden nunca los horrores de la dictadura de Pinochet”, comentaba ayer, antes de presentar la publicación en la Diputación de Jaén el día en el que se conmemoraba el 41 aniversario del golpe de Estado sobre el general Allende.


López Scorzoni, hijo de un emigrante andaluz que llegó a Chile huyendo de la dictadura franquista, permaneció  198 días en el campo de concentración de Chacabuco. Como él, cientos de jóvenes rebeldes a los que se encerró  en nas condiciones deplorables.


“Los militares nos trataban como enemigos de guerra, con abusos inhumanos, nos vejaban, humillaban; el Estadio Nacional fue un escenario de horrores, recuerdos de infamias inconfesables”, escribe Miguel en “198 días”.

El futbolista que fue delatado

Miguel López fue un prometedor futbolista que llegó a jugar hasta los 21 años en la Segunda División chilena. En e libro “198 días” explica la paradoja que se dio tras permanecer arrestado por los militares de Pinochet en el Estadio Nacional de Santiago de Chile, el mismo en el que él había jugado muchos partidos. Y cuando se le pregunta el motivo de la detención, no quiere mirar hacia atrás con odio: “Quizá fuí delatado”.

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