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Campo de Gibraltar

Con sabor a Marruecos

Los alumnos de la Escuela de Hostelería de San Roque ofrecieron ayer un menú árabe. Los platos eran rradicionales de la cocina marroquí, pero modernizados. Las especias son básicas en la gastronomía vecina. El menú se completó con una degustración de té saharaui

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Las cocinas de la Escuela de Hostelería de San Roque olían ayer de una manera diferente. Canela, azahar, hierbabuena, limón... una mezcla de especias aromáticas que nos trasladaban al otro lado del Estrecho de Gibraltar. Y es que el restaurante de la escuela ofrecía un menú diferente al habitual, centrado en esta ocasión en la gastronomía árabe.
Alumnos de Dirección de Cocina, Panadería, Repostería, Confitería y Restauración ofrecieron a sus comensales un menú típico del vecino Marruecos, “pero con un toque moderno”, explicaba el profesor de Cocina Outman Bensaddik, originario de Alhucemas. “A la hora de elaborar el plato o presentarlo jugamos con los sabores, con las texturas...”. Y el resultado, ¡exquisito en boca!
Los alumnos, encantados con la experiencia, más aún teniendo en cuenta que para los de Dirección de Cocina era su primer servicio en el restaurante. Cristina Ferrón apuntaba que aprender este tipo de cocina es “difícil pero más divertido” y reconocía que le encantaban los olores. “Es importante conocer otro tipo de cocina y aplicar después cada uno nuestra personalidad”. Su compañero, Pepe Gilbert, apuesta más por la “cocina tradicional, sea del país que sea, ya que con ella también se puede jugar”.

El menú

Como aperitivos, un trampantojo (un plato que parece una cosa pero es algo totalmente diferente. En este caso, una cerveza moruna que no era otra cosa que un té con espuma de hierbabuena y, por supuesto, ein alcohol. También para abrir boca, mini pastela de gambas, pinchitos morunos de ternera con cuscús 7 verduras, baghrir de queso con tomate y aceitunas negras y aceitunas picantes.

El entrante consistió en una baisara con huevo a baja temperatura y panceta ahumada de ternera.

El plato de pescado servido fueron unas caballas marinadas en chermoula sobre galleta salada de dátiles y vinagreta de aceite de argán y limón confitado.

En cuanto al plato de carne, se sirvió un tajine de pollo con emulsión de orejones.

Y para endulzar, delicias del califa, cuernos de gacela, fakkas de pistachosm dátiles, avellanas y coco y galletiras de canela y mermelada amarga.

 

Degustración de té saharahui

El almuerzo finalizaba con un té saharaui, que se diferencia del marroquí, según Kasadu Couri, por la espuma que cubre a la infusión.  Según la tradición, el primer vaso es duro como la vida; el segundo, dulce como la miel; y el tercer vaso es suave como la muerte. Los saharauis toman el té en el suelo, rodeados de amigos y familiares.

 

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