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La Junta inicia el procedimiento para la declaración de la Zambomba como Bien de Interés Cultural

La resolución indica que la Zambomba de Arcos y Jerez constituyen \"una manifestación cultural excepcional, multidimensional y dinámica que se erige como una de las celebraciones navideñas más genuinas e interesantes de Andalucía

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La Consejería de Educación, Cultura y Deporte ha incoado el procedimiento para la inscripción en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, como Bien de Interés Cultural (BIC), la actividad de interés etnológico denominada la Zambomba, en las localidades de Arcos de la Frontera y Jerez de la Frontera.

   El Boletín Oficial de la Junta de Andalucía (BOJA) recoge en su edición de este lunes, la resolución del 19 de diciembre de 2014 de dicha Consejería, en la que se indica que la Zambomba de Arcos y Jerez constituyen "una manifestación cultural excepcional, multidimensional y dinámica que se erige como una de las celebraciones navideñas más genuinas e interesantes de Andalucía, constituyendo una actividad etnológica de gran valor social, simbólico e identitario, así como de gran riqueza lírico-musical".

   La zambomba forma parte de los modos y formas de entender y celebrar la Navidad que existen en la Baja Andalucía. Se conforma históricamente en los núcleos urbanos y enclaves rurales de la unidad geofísica que se conoce como campiña jerezana, concretamente en Arcos y Jerez, donde encuentra su máxima expresión y goza de mayor vitalidad y continuidad en el tiempo.

   Ambas poblaciones comparten un universo común para la fiesta de tradición navideña, si bien presentan ciertos matices diferenciales en cuanto a su desarrollo y evolución. Así, el ritual jerezano ha alcanzado mayoritariamente ámbitos públicos y mayor repercusión mediática, acercándose más a las formas del flamenco, mientras que el arcense ha permanecido en una línea más tradicional vinculada al ámbito doméstico.

   En sus orígenes esta fiesta estuvo vinculada a espacios residenciales de carácter comunal, caracterizados por relaciones intervecinales estrechas y un alto grado de solidaridad entre sus habitantes. Con la desaparición virtual de estos espacios y los cambios en los modelos residenciales y de ocio, esta actividad cultural atravesó una profunda crisis que se superó al reinventarse, extenderse y adaptarse a otros lugares y contextos.

   En este sentido, la zambomba ha sido objeto de resemantización y resignificación cultural que la convierten en un renovado vehículo para la articulación de nuevas identificaciones colectivas y patrimonializaciones.

   Por todo ello, a la vista de la propuesta formulada por el Servicio de Protección del Patrimonio Histórico, la Consejería ha resuelto incoar el procedimiento para la declaración de esta fiesta como BIC.

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