Han sido diferentes y muy variados los temas de los que ha hablado el alcalde este miércoles, a demanda de la prensa. El más escandaloso el que afecta al servicio municipal de grúas. Una investigación interna que lleva a cabo la sociedad municipal de aparcamientos, de la que depende este servicio, destapa irregularidades.
Hay calles y avenidas en Málaga en las que los trabajadores de la grúa municipal tienen orden de no retirar vehículos con la grúa, aunque estén mal aparcados. Órdenes que reciben por escrito incluso, a través de su tablón de anuncios, de acuerdo con la investigación interna que ha llevado a cabo la empresa encargada de este servicio y que ha desvelado la cadena Ser.
El alcalde asegura, a pesar de ello, que no existen tratos de favor y mantiene su confianza en la concejala Teresa Porras, que está estrechamente ligada a estas supuestas irregularidades, por ser el distrito que dirige uno de los principales beneficiado por las instrucciones.
Y si la inexistencia de tratos de favor en el servicio de grúa la tiene clara, lo que no tiene tan claro el regidor es el futuro modelo de gestión y financiación que debe tener la empresa de limpieza.
Limasa es actualmente una empresa de capital mixto. El 51% de sus acciones están en manos de empresas como FCC, Urbaser y Sando. El 49% restante, en manos del Ayuntamiento. Una situación que, por contrato, vence en 2017. Pero, a pocos meses de las elecciones, De la Torre, asegura no tener clara su renovación.
Otro de las asignaturas pendientes en la ciudad es la conversión del antiguo cine Victoria, en la Plaza de La Merced, en un nuevo espacio cultural.
Sobre este asunto, el regidor ha manifestado su intención de demoler parte del edificio, siempre que fuera necesario, para realizar el estudio arqueológico que está pendiente de hacer en la parcela del antiguo cine. Y hacerlo de este modo con seguridad para los trabajadores.
Es un estudio cuyo coste rondaría los 200.000 euros, según calcula el munícipe y que se acometerá “cuanto antes”, ha dicho.
