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El Puerto

“Es una gran satisfacción el haber enseñado a leer a cientos de niños

Es natural de El Puerto de Santa María, ha ejercido durante 37 años como profesora de primaria en el colegio de las Hermanas Carmelitas de la ciudad. Actualmente disfruta de su jubilación.

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  • Inmaculada Ameneiro. -

Inmaculada Ameneiro Rodríguez. Ex profesora de Primaria de las Hermanas Carmelitas .

Es natural de El Puerto de Santa María, ha ejercido durante 37 años como profesora de primaria en el colegio de las Hermanas Carmelitas de la ciudad. Actualmente disfruta de su jubilación.

Siendo maestra, ¿qué cambios más significativos ve en la enseñanza actual?


-Durante estos casi 40 años se han producido demasiados cambios legislativos: Ley general de educación vigente hasta 1970; la LOGSE en 1990; la LOE en el 2006 y ahora la tan contestada ley Wert. A mi parecer, “el mismo perro con distinto collar”.

Leyes de tecnócratas realizadas en despachos para el gobierno de turno y sin tener en cuenta a los que entienden de educación: los profesores. A los que se les ha abrumado con una burocracia excesiva, que no les ha servido precisamente para mejorar en su práctica docente, sino que la ha entorpecido.

A todo esto se añade la crisis y los recortes que inciden en la atención a los niños con dificultades, la falta de profesores sustitutos y de apoyo. Ser profesor hoy en día, es una tarea preciosa pero agotadora. El gran cambio, sin duda, ha sido la introducción de las nuevas tecnologías y los idiomas en las aulas. Este cambio significa todo un reto para docentes, padres y alumnos que no tiene vuelta atrás.

¿Qué recuerdos tiene de su etapa como docente?

-El más significativo ha sido el haber enseñado a leer a cientos de niños. Es muy reconfortante el cariño que te siguen dando los alumnos. La convivencia con mis compañeros de los que soy amiga y a los que quiero mucho. Infinidad de ratos agradables, multitud de anécdotas y risas compartidas, aunque acompañados de momentos difíciles superados entre todos. He visto cambiar mi colegio de como era cuando yo fui alumna, a la remodelación que con gran esfuerzo lo ha convertido en el Centro moderno que es ahora. Del pequeño grupito de seglares que empezamos con las Hermanas (muy queridas también), hemos pasado a unos cuarenta, que trabajan ahora responsabilizándose incluso de las tareas directivas, que ya hace años les fue delegando la Comunidad. También tengo unos recuerdos muy emotivos de los compañeros y hermanas que ya no están con nosotros. Todos me han dado más de lo que he dado yo y me han hecho muy feliz.

Como portuense, ¿qué cambios ve en la ciudad?, ¿qué mejoraría?

-Como portuense he llegado a decir que “me duele El Puerto”, amo a mi ciudad y me gustaría estar orgullosa de ella. Su belleza natural es indiscutible y su patrimonio cultural, histórico y artístico ahí está. Este patrimonio que podría ser el motor de la economía de la población, ha llegado a unos límites de dejadez y abandono que la están convirtiendo en una pena. El impulso para que la ciudad mejore debería, a mi parecer, ir por ahí. Se debe de apoyar desde las instituciones las iniciativas que existen, de todos los que quieren que reviva. Los portuenses y El Puerto de Santa María no se merecen menos.

Después de tantos años de actividad, ¿cómo emplea ahora su tiempo libre?

-Con mi deber cumplido en cuanto a la vida laboral, tengo tiempo de disfrutar de mi familia, amigos y de mi afición favorita: leer y leer.

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