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Cádiz

El clavo ardiendo para 28 familias de 'La Corrala de la Bahía'

Más de 80 personas viven de okupas en un edificio de la Avenida Portugal abandonado desde hace años.

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Se cumplen tres semanas desde que cuatro familias gaditanas ocuparon  un edificio situado en la avenida de Portugal, a la altura del bar Stop, y que ellos mismos han bautizado como ‘la Corrala de la Bahía’. Estas cuatro familias fueron las primeras, pero pronto se produjo un efecto llamada que ocasionó que fueran llegando más inquilinos, hasta completar los 28 pisos que tiene el bloque repartidos en sus cuatro alturas. Entre ellos hay de todo, matrimonios con hijos, parejas de novios, y solteros. En total, más de 80 personas (32 de ellos niños) y todos con un denominador común: sus ingresos no dan para acceder a una vivienda en alquiler.

El edificio ocupado llevaba vacío varios años. La constructora que lo levantó quebró y su dueño actual es un banco que lo tiene “arrumbiado, con la de familias que hay necesitadas de un techo”, argumentaba Estefanía Mateo, okupa y portavoz de los vecinos.

Cuando decidieron entrar en el bloque se encontraron con que la puerta de entrada al edificio estaba abierta y con las llaves de los pisos a su disposición. El bloque en sí se había convertido en un palomar, por lo que quedaba mucho trabajo por hacer para acondicionarlo y hacerlo ‘habitable’.
Pero no es todo tan sencillo como parece. Los inquilinos tienen que enfrentarse al día a día sin luz y sin agua. Lavan la ropa en casa de familiares, y para ducharse llenan garrafas en las fuentes cercanas para asearse en los pisos que aún tienen baño completo (el edificio ha sufrido varios robos como consecuencia de su abadono y muchos de los pisos ya no tienen ni electrodomésticos ni sanitarios). Para alimentarse recurren a familiares y conocidos, o se apañan con los guisos que cocinan en los hornillos a gas de algunos de estos ‘okupas’.   Su portavoz explica que las familias “no quieren estar por la cara” en el edificio, y que quieren “vivir en una situación legal, como cualquier persona”, por lo que reclaman “un alquiler social”. 

Historias
Estefanía tiene 28 años y experiencia en el tema de la okupación. Junto a otras tres familias, fue la primera que se instaló en el edificio después de vivir durante siete meses en un bloque abandonado de la calle San Severiano,43. Actualmente, vive con su chica y sus cuatro perros en el 2ºB y su madre  ha ocupado el piso de al lado, donde vive con su otra hija, de 12 años.
Estefanía tiene una peluquería canina que apenas le da para pagar los gastos que ésta le ocasiona. “Apenas me da para vivir, así que mis opciones eran esto o la calle, y no voy a dormir a la intemperie estando este edificio abandonado”.

Rafael Ojeda García vive en el primer piso con su mujer y sos dos hijos, de 3 y 9 años. Sus ingresos no llegan a los 350 euros mensuales. “Llevo tres años pidiendo un alquiler social y nada, así que en algún sitio me tenía que meter, no me iba a ir con mis niños a la calle”. Rafael dice que no cuenta con ayuda de nadie, porque su familia también está en una situación complicada. Suerte que sus hijos comen todos los días en el comedor del colegio.  

Ana María Álvarez vive con su marido en otro piso. Como Estefanía, también viene de San Severiano 43. “El Ayuntamiento nos ofrece una ayuda que no nos vale porque no tenemos nóminas ni avalistas”. A sus 33 años, Ana María cuida a una mujer mayor, pero apenas cobra 50 euros a la semana. “La necesidad te obliga a esto, pero no quiero estar así toda la vida.”
 

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