“La esencia de la Real Maestranza está más vinculada al caballo que a otros elementos”. Ignacio Herrera, director de la Real Maestranza, pasea por las reformadas instalaciones de la institución que dirige, en pleno centro de Ronda, argumentando la necesidad de un proyecto que “hemos venido gestando desde hace diez años”. Con un objetivo que estaba claro: “Queríamos mejorar el recinto, que es un Bien de Interés Cultural, para que fuese más accesible, sin obstáculos físicos, y queríamos mejorar los contenidos vinculados a la equitación”, argumenta, aludiendo a las tres patas que sustentan esta institución que suma cuatro siglos de presencia en Ronda: “El toro, el hombre y el caballo son nuestros objetivos”, y éstos se materializan en el centro museístico y cultural que visitan miles de visitantes cada año.
Y si la Real Maestranza ha mejorado los accesos al recinto, disponiendo unas entradas más amplias y modernas, creando una cafetería o cambiando la ubicación de la tienda de recuerdos, la reforma más importante ha tenido que ver con el picadero y la zona de desembarco de los toros y chiqueros.
Respecto al picadero, la Real Maestranza de Caballería de Ronda ya cuenta con una nueva zona dedicada por entero al caballo español y a la doma clásica, un área que completa esa temática de la visita “con la finalidad de ofrecer un recorrido histórico por el mundo de la caballería”, explica el director de la Real Maestranza.
Así, el picadero propiamente dicho ha sido ampliado, de modo que “no sólo se ha ganado en dimensiones, adaptándolo de este modo a las exigencias de la normativa de las federaciones nacional y regional, sino que se ha terminado su decoración”. El color verde pétreo que ya se hace reconocible en este recinto, por decorar desde hace años las tablas de la plaza de toros y, asimismo, la bellísima biblioteca de la institución, cubre el picadero, asemejando con materiales modernos un artesonado salpicado con los escudos de las familias maestrantes.
Y se ha dispuesto la llamada ‘Galería Ecuestre’, que alberga hasta cinco paneles informativos “en los que se expone de forma didáctica el origen del caballo español de pura raza y el surgir de la doma, desde sus antecedentes en la Antigua Grecia, descritos ya por Jenofonte”.
El espacio logra explicar “la historia de la tradición ecuestre española, en el contexto europeo, dando a conocer la Maestranza lo que es nuestra Escuela, y permitiendo además que el visitante pueda ver en determinados horarios las clases de equitación”.
Pero además, esta galería acoge el vaciado de la parte frontal de una obra llamada ‘Jinete Ibérico’, una pieza que forma parte del conjunto de Esculturas Ibéricas de Porcuna y que se exhibe en el Museo de Jaén: “Esta escultura representa a un guerrero noble que va al combate montado, en rango superior a los demás, que al llegar al campo de batalla baja de su montura y lucha a pie, puesto que en ese período el caballo es más un elemento de prestigio que un elemento táctico de combate. Entonces, no existía la caballería como tal, sino jinetes individuales pertenecientes a la aristocracia militar”.
Muy buena acogida
¿Cómo están funcionando los cambios?
Hace varias semanas desde que abrió la nueva galería, “y está funcionando muy bien. Muchos visitantes nos dan la enhorabuena por las instalaciones, y especialmente los guías turísticos han sido quienes han entendido la necesidad de esta mejora, al saber que había una pata, la del caballo, que parecía estar sin completar. No era suficiente enseñar un caballo en la plaza. Se demandaba más. Porque el caballo es esencia de la Real Maestranza”, se despide Herrera.