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¡Vaya comienzo de año 2016!

Vaya intensidad en el arranque de este nuevo año y vayas incertidumbres que se están generando aquí, allá y acullá, empezando por Asia

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Vaya intensidad en este arranque del nuevo año. Y vayas incertidumbres se están creando aquí, allá y acullá. En el hermético país de Corea del Norte dicen haber detonado una bomba de hidrógeno con lo que se han desatado todas las alarmas y se abre la espita de un posible nuevo conflicto bélico, cuando no de una guerra fría como si ya no tuviésemos bastante en este atormentado mundo con lo que tenemos en Oriente Medio, en Siria o en esos países africanos donde mueren a diario cientos, miles de personas, sin que a los demás nos importen un bledo. Pero es que, siguiendo las rutas asiáticas, el año se ha despertado con el desplome de las bolsas y con los análisis de lo que ello podría ocasionar en nuestra economía más casera. Algunos incluso, lo escuché en una cadena de radio, hablaban ya de un retroceso de la economía a los niveles de 2008, con lo que la sombra de una nueva crisis aparece por el firmamento de los días. Y por si todas estas incógnitas por despejar no fuesen pocas, aquí en este país que en 2016, al menos en sus primeros compases, aún se sigue llamando España nos hemos dado de bruces con que la deriva secesionista de una parte del pueblo catalán sigue adelante, aunque para ello haya habido que poner de presidente del número 3 de CDC por Girona. Y esa deriva toma cuerpo parlamentario sin que en Madrid haya un Gobierno constituido y, sobre todo, con tremendas dudas sobre la constitución del mismo, ya que se habla de un pacto del PSOE con Podemos, siempre que los de Iglesias quiten de su programa el referendum catalán. El caso es que las líneas rojas de los podemistas se tiñan de otro color para llegar al pacto de las izquierdas, aunque las marcas blancas de Galicia, Valencia, el País Vasco o Cataluña no hablen ya solo de la decisión del pueblo catalán, sino del derecho a decidir de las demás nacionalidades que en este Estado son. De lo que ocurra en Madrid, a nivel gubernamental, dependemos para ver por dónde transita este país de ahora en adelante, cómo se le pone coto al secesionismo y de qué manera se saca adelante el día a día de una España que no termina de levantar el vuelo económico-social.  

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