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Habitantes de Ramadi regresan a sus hogares destruidos tras expulsión del EI

Hasta el momento, 11.150 familias han vuelto a sus viviendas en los barrios de Al Tamim, Al Qatana, Al Malaab, Al Andalus y los suburbios norte y este de la ciudad, según los datos del Ayuntamiento de Ramadi

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Miles de familias iraquíes han regresado en los últimos días a la ciudad de Ramadi, en el oeste del país, a pesar de que sus hogares están destruidos a causa de la ofensiva de las fuerzas iraquíes para expulsar al grupo terrorista Estado Islámico (EI) de la urbe.

Hasta el momento, 11.150 familias han vuelto a sus viviendas en los barrios de Al Tamim, Al Qatana, Al Malaab, Al Andalus y los suburbios norte y este de la ciudad, según los datos del Ayuntamiento de Ramadi.

Uno de los desplazados, Mohamed Aluán, de 55 años de edad, decidió volver a su vivienda en el barrio de Al Tamim con su familia de 16 miembros, después de haber vivido dos años en campos de refugiados en las afueras de la capital Bagdad.


"Sentimos una gran alegría por haber vuelto a nuestra casa, pese al daño que hemos sufrido. Por fin, hemos encontrado un techo que nos acoja a todos", dijo a Efe.

Aluán expresó su deseo de que el Estado solucione los problemas de Ramadi, como la escasez de alimentos, de agua potable y de otros servicios básicos, entre ellos la electricidad.

Por su parte, Umm Ahmed, que pudo regresar ayer a su casa, dijo a Efe en medio de las lágrimas que durante su estancia lejos de Ramadi vivió en "condiciones difíciles".

"Una persona sin hogar se siente como si no tuviera patria", aseguró la mujer.

El presidente de la Comisión Suprema para el Regreso de los Refugiados, Adelatif al Hamim, acudió este fin de semana a Ramadi para dar la bienvenida a miles de personas que después de meses pudieron finalmente retornar a su ciudad.

Más familias llegarán próximamente y sus documentos de identidad serán revisados por las fuerzas de seguridad para evitar que miembros del EI vuelvan a infiltrarse en la ciudad junto a los desplazados, explicó el Ayuntamiento.

Al Hamim, que es también un destacado jeque tribal de la zona, fue recibido por un gran número de desplazados que corearon rezos islámicos para agradecer la expulsión de los terroristas a manos de las autoridades de Bagdad.

La Comisión para el Regreso de los Refugiados fue creada por el primer ministro, Haidar al Abadi, para supervisar la vuelta de los refugiados, que se cuentan por decenas de miles.

Funcionarios estatales han acompañado este fin de semana a los desplazados en su camino hacia Ramadi, procedentes en su mayoría de las zonas de Bezibez y Ameriat al Faluya, para que no accedieran por error a zonas que aún no están controladas completamente por el Gobierno.

Como medida preventiva, las autoridades iraquíes impiden a los ciudadanos que pasen por algunas zonas recién liberadas porque en ellas todavía podría haber artefactos explosivos diseminados por los terroristas.

Un residente de Ramadi, Salam al Isauí, de 40 años, relató a Efe que estuvo refugiado en la casa de sus familiares en la ciudad septentrional de Erbil y denunció los "malos tratos" que sufrió en los puestos de control de las fuerzas de seguridad cuando regresaba.

Al Isauí señaló que la vida en Ramadi sigue siendo difícil porque edificios y casas todavía están destruidos, y los escombros aún se encuentran en las calles de la capital provincial de Al Anbar.

Al mismo tiempo, el responsable de seguridad de la Policía de Ramadi, Falah al Aluani, declaró a Efe que los esfuerzos continúan para reparar los daños causados por los combates y para proporcionar los servicios básicos a la población.

El Aluani informó de que se ha empezado a reparar la infraestructura de agua y electricidad, y se ha dotado a Ramadi de varios generadores para cubrir una parte de las necesidades de los residentes hasta que vuelva a funcionar la red nacional de suministro.

El responsable policial explicó que los artificieros del Ejército continúan la desactivación de bombas colocadas por los yihadistas, sobre todo en los barrios ubicados en el este de la ciudad, a los que por el momento se ha prohibido el acceso a los civiles.

El policía dijo que los habitantes no pudieron volver a otros cinco barrios, como los de Al Huz, Al Bikr y Al Yumhuriya, a causa de los graves daños que sufrieron estas áreas por las explosiones y los combates contra los miembros del EI.

Los edificios de Ramadi más afectados son la sedes gubernamentales y policiales, las viviendas de los miembros de las fuerzas de seguridad y de algunos jeques tribales afines al Gobierno, que sufrieron represalias después de que el grupo radical irrumpiera en la ciudad en mayo de 2015 hasta que fuera expulsado a finales de ese año.

El EI todavía tiene una destacada presencia en Al Anbar (oeste), así como en el norte de Irak, desde que proclamara un califato en las zonas bajo su control en este país y la vecina Siria en junio de 2014.

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