Unas 12.000 construcciones han quedado en riesgo de colapso tras los potentes terremotos que golpearon el suroeste de Japón y dejaron medio centenar de muertos, informó hoy el Gobierno nipón.
El Ministerio de Transporte e Infraestructura ha identificado 12.013 construcciones "peligrosas" -ya que podrían venirse abajo a causa de un nuevo temblor u otros factores- de entre los más de 43.000 edificios que ha sondeado tras los temblores que han afectado a la isla de Kyushu, la segunda más poblada del país.
El número es mayor comparado con las 11.699 edificaciones que fueron catalogadas así tras el terremoto de 9 grados Richter que devastó el noreste de Japón en 2011, aunque la cifra no puede compararse en los mismos términos, dado que en ese caso el tsunami posterior arrasó miles de edificios.
La prefectura de Kumamoto, en Kyushu, registró el pasado jueves 14 de abril un violento terremoto de 6,5 grados Richter que desató una gran cadena de movimientos telúricos que ha generado ya más de 1.000 réplicas.
Una de éstas alcanzó dos días después los 7,3 grados y resultó aún más destructiva que el primer temblor, afectando además a la vecina prefectura de Oita.
La actividad sísmica persiste en la región, que hoy ha sufrido decenas de seísmos más, uno de ellos de hasta 3,4 grados Richter.
Como resultado de los temblores, que han dejado 49 muertos y un desaparecido por efecto de derrumbamientos y corrimientos de tierra, unas 30.000 personas permanecen aún evacuadas de sus hogares.
Aunque el tren bala o las autopistas funcionan ya con normalidad, centenares de tramos de carreteras locales siguen bloqueados por escombros, rocas o árboles.
El Gobierno nipón está compilando un presupuesto extra para financiar apoyar a los afectados y reconstruir la zona que espera tener listo para mediados de este mes.
Por el momento, el coste total para la recuperación de carreteras, canalizaciones o terrenos agrícolas en las zonas afectadas se ha estimado en unos 286.100 millones de yenes (2.348 millones de euros).