Con el objeto de conocer las necesidades de los usuarios y de las responsables de la Residencia de Mayores “La Milagrosa”, las concejalas María Teresa Benítez y Belén Jiménez han realizado una visita a las instalaciones, que funcionan en San Enrique desde 2009. Aunque fueron informadas de algunos problemas puntuales, pudieron comprobar tanto el buen estado de las instalaciones como el alto nivel del servicio que se presta en este geriátrico.
Benítez, que es responsable de Igualdad y Asuntos Sociales, explicó que “se trata de una visita de cortesía y también de un deber por nuestra parte, ya que la titularidad de este edificio es municipal aunque no la gestión del servicio. Por eso, tenemos que conocer el estado de las instalaciones por si es necesaria alguna mejora, así como las necesidades tanto de las monjas como de los abuelos”.
“En general -apuntó-, el estado es óptimo, ya que el edificio es prácticamente nuevo. Y en cuanto al servicio, hemos podido constatar con los abuelos que están muy a gusto. Quiero agradecer a la Fundación La Milagrosa y a las Hermandas Josefinas de la Caridad por la gran labor que realizan, y espero volver pronto a otra visita”.
El geriátrico de San Enrique abrió sus puertas en julio de 2009, y fue construido en terrenos municipales por la Fundación La Milagrosa, que cedió las instalaciones al Ayuntamiento. La gestión corresponde a la Fundación La Milagrosa y la atención de los abuelos es llevada por las Hermanas Josefinas de la Caridad.
Este edificio, de 2.200 metros cuadrados de construcción, está homologado por la Junta de Andalucía y posee todos los requisitos y requerimientos propuestos por la Junta para estos geriátricos. La idea de construcción de esta residencia de ancianos, destinada principalmente a personas con pocos medios económicos y sin cobertura familiar, partió del fallecido Enrique Zóbel, en agradecimiento de todos los vecinos de San Enrique por haber trabajado con él durante muchos años. A la idea se sumaron la familia Benjumea, Jaime Ortiz-Patiño y otros empresarios afincados en la zona, que componen el Patronato de la Fundación La Milagrosa.
Estas instalaciones poseen todas las comodidades, desde habitaciones con baño y televisión, hasta un consultorio médico, enfermería, sala de rehabilitación, peluquería y un amplio jardín donde los mayores pueden pasear.