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Almería

Condenado a 9 años y 6 meses por agredir sexualmente a una joven

V.S., vecino de Sant Joan D'Alacant (Alicante), no sólo la atacó sexualmente sino que, además, le robó 1.200 euros que portaba en su bolso

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La Audiencia Provincial de Almería ha condenado a penas que suman nueve años y seis meses de cárcel a un joven de 24 años que agredió sexualmente a una chica de 22 años, a quien abordó con violencia cuando ella terminó de estacionar su vehículo en el aparcamiento comunitario del edificio en el que reside.

V.S., vecino de Sant Joan D'Alacant (Alicante), no sólo la atacó sexualmente sino que, además, le robó 1.200 euros que portaba en su bolso, procedentes de la recaudación del pub en el que trabajaba la víctima, dos teléfonos móviles, un reloj y dos anillos.

La sentencia, consultada por Europa Press, impone al procesado seis años y seis meses de prisión por un delito consumado de agresión sexual, dos años y seis meses por un delito de robo con violencia e intimidación, y otros seis meses de cárcel por un delito de lesiones.

El tribunal considera probado que, a primera hora de la mañana del 15 de diciembre de 2013, V.S. se introdujo en el garaje comunitario de edificio en el que residía la joven y, tras ver como aparcaba su vehículo, esperó a que saliera de coche para abalanzarse sobre ella guiado por "un ilícito ánimo libidinoso".

La víctima, quien intentó abandonar precipitadamente el aparcamiento por la rampa, cayó al suelo y el procesado, tratando de impedir que se moviese, se puso encima y le tapó la boca al tiempo que le decía "no grites, no grites" y le "introducía dos dedos impidiéndole que pidiera auxilio".

La joven, "ante tal situación, y para evitar el inminente ataque sexual del intruso, que llevaba una sudadera con capucha puesta sobre la cabeza que le ocultaba parcialmente el rostro", le hizo gestos para indicarle que en su bolso había dinero, a lo que éste respondió "¿dónde?".

En ese momento, según recoge el relato de hechos, ella asió el bolso y sacó 1.200 euros, "producto de la recaudación del pub en el que trabajaba", así como dos teléfonos móviles de su propiedad y se quitó el reloj y dos anillos que portaba, a requerimiento de V.S., "guiado por el ilegítimo propósito de obtener un beneficio patrimonial".

LA VIBRACIÓN DE UN TELÉFONO PUSO NERVIOSO AL AGRESOR

Cuando el procesado procedió a dejar los referidos objetos en el suelo, ella aprovechó y "le pegó una patada en el pecho, cogiendo uno de los teléfonos para pedir ayuda, iniciándose un forcejeo con el agresor quien le quitó finalmente el móvil y se lo introdujo en el bolsillo del pantalón".

El tribunal indica que, a continuación, la empujó, la sentó contra la pared y mientras la sujetaba con el antebrazo, comenzó a agredirla sexualmente. Ella se negó y consiguió zafarse varias veces "hasta que él la golpeó fuertemente y consiguió el objetivo propuesto".

Finalmente, el teléfono que V.S. había metido en su bolsillo después de que ella intentase pedir auxilio comenzó a vibrar, "lo que puso nervioso al agresor quien le inquirió por la forma de salir de allí, se guardó el dinero y los dos teléfonos móviles de que se había apoderado".

A continuación, agarró a la víctima arrastrándola hasta el portón, que abrió accionando el pulsador que regula el sistema automático de apertura para salir corriendo, abandonando precipitadamente el lugar.

Como consecuencia de la agresión, la joven de 22 años sufrió lesiones consistentes en dolor cervical y dorsal a la palpación y movilización, dolor a la palpación de hemitórax izquierdo, enrojecimiento a nivel cervical, dolor facial, dolor de rodillas.

Asimismo, la sentencia recoge que ha desarrollado síntomas tales como dificultad en conciliar el sueño, pesadillas con terror nocturno, reviviscencia del hecho traumático, miedo a estar sola, en la calle, trabajo e incluso en su domicilio, que ha precisado terapia conductual con psicólogo, y que necesitaron para su curación, además de una primera asistencia, 45 días impeditivos y tratamiento médico con finalidad curativa consistente en analgésicos, antiinflamatorios, ansiolíticos, relajantes musculares y terapia conductual con psicólogo, sin que subsistan secuelas.

El tribunal condena al procesado, el prisión provisional por esta causa, al margen de la pena privativa de libertad, a seis años de libertad vigilada en los que no podrá comunicarse ni acercarse a la víctima a menos de 500 y al pago de una indemnización de 10.500 euros por los daños morales causados.

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