“Ni siquiera me atrevía a desearlo, era algo absolutamente alejado de la realidad para un escritor de mi país”, explicó ayer el autor de Los cachorros en su conferencia en la Universidad de Granada, institución que mañana le investirá doctor honoris causa.
Vargas Llosa repasó su trayectoria literaria y personal, de la que destacó su estancia durante dos años en el colegio militar Leoncio Prado, en el que aseguró que descubrió “la verdad” de su país: “la violencia, los perjuicios, los rencores y el racismo que distanciaban tanto a los peruanos entre sí”.
“Mi padre hizo que entrara en el colegio militar porque veía una vocación literaria en mí y pensaba que los militares podían curarme de esa enfermedad, y lo que hizo fue darme el tema de mi primera novela, La ciudad y los perros”, ironizó.
El autor, que recibió entre otros galardones el Príncipe de Asturias de las Letras o el Planeta, cree que “la vocación debe convertirse en un premio en sí mismo para un escritor que realmente ama la literatura, que quiere escribir no para tener éxito, sino para vivir de acuerdo a su anhelo más profundo”.
Por otra parte, analizó la situación política en Latinoamérica y en su país natal, e hizo especial referencia al presidente venezolano Hugo Chávez.
“Para Chávez hay dos espinas clavadas en su garganta”, indicó en alusión a Colombia y Perú, países que, en su opinión, “no han caído aún en la órbita” del dirigente venezolano y en los que éste “ha organizado una campaña de desestabilización a través de movimientos populares y partidos políticos”, aseguró Vargas Llosa.