Dejándolo todo en sus manos, estos organizadores de bodas demuestran su dedicación con un tipo amanerado y muy cuqui que no dejan nada al azar en su preparación.
La chirigota cordobesa responde a una fiesta y a un bodorrio con un piropo a Cádiz y a su Carnaval en la que unen a la Mezquita con el Falla y la Caleta. Buena elección.
Un menú con sabor a crítica por lo votado en las pasadas elecciones ante unos políticos que parecen no dar para más. Como anillo al dedo rememoran la laboriosidad de inscribirse en el Concurso para “cantar un solo día” en su estreno en el Teatro.
El casamiento sella un popurrí y todas las peripecias de unos novios y de un convite que antes de indigestarse acaba como empezó, con un altar esperando lo mejor.