El tiempo en: Jerez
Publicidad Ai
Publicidad Ai

Huelva

Carolina Marín vuelve a empezar

Hace pocos días retomó el método que el pasado mes de agosto la condujo hacia el primer puesto del podio en la ciudad carioca

Publicidad Ai
Publicidad AiPublicidad Ai
  • Carolina Marín -

Desde su incursión en el año 2009 en el circuito profesional de bádminton hasta su éxito en los Juegos Olímpicos de Río 2016, Carolina Marín labró una trayectoria que la convierte, a sus 23 años, en una de las mejores jugadoras de la historia de la disciplina aunque, inconformista, ambiciona más.

Hace pocos días retomó el método que el pasado mes de agosto la condujo hacia el primer puesto del podio en la ciudad carioca.

Bajo la dirección de su mentor, el granadino Fernando Rivas, ha incrementado el nivel de exigencia tras haber ofrecido a su cuerpo una necesaria tregua en el último trimestre de 2016.

"Los meses de octubre, noviembre y diciembre hemos bajado el nivel de intensidad", reconoció Carolina Marín en un coloquio organizado este lunes por 'B the travel brand'. "Pero ahora mismo estoy repitiendo la misma preparación de los Juegos Olímpicos. El All England es un torneo muy prestigioso, con la importancia de un Campeonato del Mundo, y lo quiero volver a ganar este año", anunció.

La vigente campeona olímpica, mundial y europea de bádminton mantiene la motivación y, por ello, ha vuelto a fijarse las más grandes metas. Lo hizo con quince años, cuando le confesó a su entrenador que quería llegar a ser la número uno, y lo sigue haciendo en cada una de las tres sesiones de entrenamiento que cada día completa en el Centro de Alto Rendimiento de Madrid.

"De pequeña era tan mala que era imposible imaginar que podría llegar a convertirme en campeona olímpica, pero mi carácter competitivo me ha empujado hasta aquí", comentó la andaluza acerca de su ascensión hasta la cima del bádminton.

Durante la charla conducida por el periodista Ángel García Muñiz, Carolina Marín valoró con mesura sus triunfos en los Campeonatos de Europa de 2014 y 2016; recordó la emoción de sus victorias en los Campeonatos del Mundo de 2014 y 2015; y deseó reeditar en el año 2020 en Tokio el oro olímpico conquistado en Río de Janeiro.

En esa ciudad quebró la hegemonía asiática tras batir a la india Pusarla V. Sindhu en la final.

Precisamente, en el país de la subcampeona olímpica, Carolina Marín es "mucho más conocida que cualquiera de los 'cracks'" del campeonato de fútbol español, según destacó Javier Tebas durante el acto de firma del acuerdo de patrocinio entre la jugadora y LaLiga.

Aunque es en Indonesia donde la onubense se siente "como una verdadera estrella". "Del hotel al pabellón donde se disputa el torneo tengo solo cinco minutos a pie, pero me es imposible llegar. Muchos seguidores me están esperando en la puerta del hotel y no puedo salir caminando. Tengo que pedir un taxi", explicó.

Entre esas decenas de personas se encuentra habitualmente su más fiel seguidora: una joven visionaria que hace algunos años ya auguró su eclosión. "Desde pequeña me decía que yo podía llegar a ser lo más", rememoró Carolina Marín.

Allí vivió también uno de los momentos más emocionantes de su carrera, pocos meses después de saborear la gloria en el Mundial de Yakarta. "Recuerdo especialmente el Abierto de Indonesia de 2016. Perdí mi partido de semifinales y las 7.000 o 8.000 personas que estaban en el pabellón empezaron a corear mi nombre. Eso me lo guardaré en mi corazón para siempre", indicó.

Su destino ideal de vacaciones, sin embargo, son Las Maldivas o su Huelva natal, adonde confía en regresar en unos meses para brindar a sus familiares nuevas medallas.

"La verdad es que son muy bonitas, pero me quedo con el proceso que me ha llevado a conseguirlas y con las personas que tengo a mi alrededor", apuntó antes de mencionar a Fernando Rivas como el artífice de sus éxitos.

"Es el arquitecto de todo este proyecto. Para preparar el Mundial de 2015, por ejemplo, habló con los responsables de mantenimiento del Consejo Superior de Deportes para poner en una de las pistas un ventilador y poder simular, así, el aire que después me encontraría en el pabellón de Indonesia. Otras veces me hacía entrenar con gafas de esquí para cegar parte de mi visión en los entrenamientos. Eso me hace reaccionar mejor en los partidos", desveló.

Acreditada la valía de ese método, Carolina Marín se prepara para volver a triunfar. El All England es su gran desafío para 2017. Y ha empezado ya a trazar el sendero que en 2016 le llevó hasta la victoria en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN