La delegada de Seguridad y Protección Ciudadana, Cristina Garrido, junto al superintendente de la Policía Local, José Medina, estuvieron presentes en la puesta en funcionamiento de las motocicletas en prueba, que cuentan con la última tecnología en sostenibilidad desde un punto de vista medioambiental.
Estas motocicletas tienen la particularidad de que poseen un motor eléctrico de alto ahorro y eficiencia energética que alcanza una velocidad limitada a 100 kilómetros por hora para la prestación del servicio. Así, las motos poseen una batería recargable cada cien kilómetros, cuyo proceso de carga completa dura tres horas, se realiza a través de un enchufe, y que supone un coste energético de 60 céntimos de euro.
En lo referido al mantenimiento mecánico estas motocicletas, también tienen unos gastos bastante inferiores a los de una motocicleta corriente con motor de combustible, ya que el sistema eléctrico sólo requiere una revisión cada seis meses.
Como explicaba ayer Garrido, “es una moto que no sólo da prestancia en cuanto a imagen sino que también ecológicamente es muy sostenible por el ahorro de combustible y en los arreglos mecánicos”. Según señaló la responsable de la Policía Local, “una vez que pase el verano, habrá otro período de prueba más extenso de varios días para que los agentes puedan comprobar la operatividad de las motocicletas”.
Agregó que “nos estamos planteando la adquisición, primero por ahorro, por imagen y por que se sientan mucho más cómodos los policías”.La compra de estos vehículos supondría una inversión aproximada por sistema de alquiler de 200 euros mensuales, gastos de mantenimiento incluidos.
Esta cantidad sería sufragada, en parte, por una línea de subvención de la Consejería de Innovación, Ciencia y Empresa de la Junta de Andalucía.
El pasado mes de junio, este diario se hacía eco de la no disponibilidad para el servicio de cinco de las seis unidades móviles de dos ruedas habituales de la Policía Local, a causa de problemas mecánicos, lo que había obligado a la utilización de motocicletas de reserva con más de diez años de antigüedad.