Para él todo trabajo de creación es algo “mágico” y se enfrenta a ello como “un reto”, un desafío del que pueda disfrutar y del que obtenga un “aprendizaje continuo”. Tiene un estilo reconocible, es autor de textos que llegan a todos los públicos, pero sus mejores obras “están por crear”.
Tomás Afán Muñoz (Jaén, 1968) es dramaturgo, actor, director y productor teatral. Co-dirige la compañía de teatro ‘La Paca’, que este año celebra un cuarto de siglo. En momentos de “precariedad” como los que atraviesa la cultura, se siente un “superhéroe”, reconociendo que “la autoexplotación es la única forma de seguir adelante”.
Afán ha escrito obras de teatro infantil, juvenil y para adultos, muchas de ellas estrenadas e interpretadas por su compañía, convirtiéndose el escritor en actor. “Cuando escribo soy actor. El público imaginario está en uno de mis hombros y los actores, como pequeños títeres, en el otro, susurrándome al oído”, afirma un hombre volcado en la creación, que se reconoce, ante todo, actor. “Disfruto mucho actuando y quiero volver a las tablas”, adelanta.
Miembro de la Asociación de Autores de Teatro, ha sido galardonado con numerosos premios de teatro de ámbito autonómico y nacional, y es uno de los dramaturgos más reconocidos de su generación. Con muchos retos por delante, reconoce que sus mejores obras están por llegar. “Sigo esforzándome por mejorar. La dramaturgia vive un momento excelente en nuestro país. Que haya competencia me motiva a hacerlo mejor”, afirma.
Se siente cómodo en la comedia y el humor, que utiliza como envoltorios para un trasfondo crítico, y disfruta con los clásicos del Siglo de Oro español, la Comedia del arte y autores del teatro del absurdo español. “Hay pocas fórmulas de recrear la historia tan interesantes como la teatral”, dice. Para Afán el proceso de creación es algo mágico.
“Lo que más me motiva cuando escribo es enfrentarme a un reto. Busco un desafío que pueda disfrutar”, afirma un autor prolífico. Está inmerso en ‘Teatrología del desaliento’, una obra que aborda la situación social de quienes han pasado de un estado del bienestar a la precariedad económica y laboral. Premiada por la Escuela Superior de Arte Dramático de Asturias, pronto será publicada.
También está preparando una obra sobre el poeta Miguel Hernández, para acercarlo a la infancia. “Busco que la memoria de una persona tan trascendente perdure en Jaén y entre los más pequeños, con los que estuvo muy sensibilizado”, dice. La obra se estrenará en octubre.
El autor aborda la actualidad en sus textos y todos tienen un gran componente social. Si tuviera que escribir una obra sobre la realidad de esta ciudad, optaría por la comedia, para utilizar la sátira. “Jaén tiene una galería de personajes muy amplia. La comedia es un recurso muy rico cuando se trata de criticar”, apunta.
Con un público escolar siempre fiel a través de campañas de teatro por las que cada año pasan más de 20.000 menores, Tomás Afán también enseña teatro a jóvenes de Secundaria con el programa ‘Acércate al teatro’. “Los autores de teatro tenemos una función social, un compromiso. Somos espejo de la sociedad”, dice.
Para él es fundamental que los niños aprendan a verse desde fuera, porque además de hacerlos más críticos, los hace más tolerantes. “El teatro es una herramienta didáctica y pedagógica”, reconoce a la vez que ha comprobado que “ayuda a vencer inhibiciones”. Por su dedicación y calidad en la dramaturgia infantil obtuvo el reconocimiento de la Asociación de Teatro para la Infancia y la Juventud.
Con su ‘sastrería dramatúrgica’ hace textos a medida, recibiendo encargos de Iberoamérica. “Es curioso, pero tengo muchos textos editados y hay compañías que recurren a los míos porque conectan con el público”, termina un autor en continuo proceso de creación.