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Sevilla

El violador del parque de María Luisa pide su puesta en libertad

Fue condenado a 39 años de cárcel por violar y asesinar a una joven, que había ingerido pastillas y estaba drogada, en el parque María Luisa de Sevilla

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  • El condenado F.M.S. -

El abogado defensor de Francisco Morillo Suárez, condenado a 39 años de cárcel por violar y asesinar en febrero del 2016 a una mujer en el parque de María Luisa de Sevilla, ha pedido su puesta en libertad mientras que se tramita el recurso de apelación que han presentado.

Así se recoge en un escrito del abogado Eugenio Guevara, al que ha tenido acceso Efe y que se presentó ayer en la sección primera de la Audiencia de Sevilla, que dictó la sentencia condenatoria.

El abogado recurrió la sentencia ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía para que la condena fuera como máximo de diez años de prisión, cuatro de ellos por homicidio y seis por agresión sexual, la mínima pena para este tipo de delitos.

El abogado también cuestiona la cadena de custodia de las pruebas usadas para la condena, recogidas por una limpiadora del parque, y destaca que la víctima "colaboró" en el desenlace fatal porque ingirió fármacos previamente, aunque en cantidad no letal, según los forenses.

Este recurso es posterior al presentado el 19 de junio pasado por la Fiscalía de Sevilla, que pide la prisión permanente revisable para el violador, de 46 años, que fue condenado a 24 años de cárcel por el asesinato y a otros 15 años por la agresión sexual.

La acusación particular en este caso, por su parte, ha impugnado el recurso del condenado y se ha adherido al de la Fiscalía.

En la condena, la Audiencia fijó el límite de cumplimiento en 30 años, y también le condenó a pagar 100.000 euros a los padres de la víctima y 25.000 a la hermana.

En el recurso para que se le condene a prisión permanente revisable, la Fiscalía recuerda "la gravedad de los hechos enjuiciados, que no pueden ser sino calificados como de una brutalidad extrema".

El hombre violó a una mujer a la que encontró en estado de somnolencia por las pastillas que tomó, aunque no eran analgésicas ni anestésicas, por lo que sufrió mientras se desangraba, según precisó la sentencia.

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