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Jueves 02/05/2024  

Andalucía

‘Una mujer fantástica: Trans(cendencias)

Lo mejor de ‘Una mujer fantástica’ es, precisamente, su denuncia del odio al-la diferente, del machismo y la transfobia...

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El guionista, productor, director y montador chileno Sebastián Lelio, cosecha del 74, ha realizado esta película que nos ocupa, la quinta de su filmografía, cuatro años después de su muy estimable ‘Gloria’ (2013). Y lo ha hecho con el retrato de otra dama muy particular llamada Marina, por voluntad propia y con todas las consecuencias, pues nació como Daniel. Enamorada de un hombre veinte años mayor -otra vez… pero lo inverso apenas si se representa- mantienen una relación estable y consolidada hasta la repentina muerte de él.

A partir de ahí, comienza para nuestra protagonista una durísima prueba en la que, además del duelo, deberá afrontar los prejuicios, crueldades e incomprensión del entorno familiar de su pareja que intenta despojarla de cualquier derecho, hasta el de darle el último adiós.

Como premisa, nada que objetar. Todo lo contrario. Lo mejor de ‘Una mujer fantástica’ es, precisamente, su denuncia del odio al-la diferente, del machismo y la transfobia, tan tristemente vigentes en todas las sociedades y el hecho de que no exhibe a su personaje femenino como un espectáculo, o en el  tópico microcosmo de las variedades más cutres.

Todo lo contrario. La inviste de fuerza y dignidad y la integra, como debe ser, en su vida cotidiana. Además, aunque también canta, -de hecho, la actriz Daniela Vega es una excelente intérprete lírica transgénero- lo hace en otros entornos.

Pero… lo peor es todo lo demás. Quien esto firma, lamenta profundamente que sea así en su personal e intransferible opinión, pues albergaba otras expectativas muy distintas respecto a ella. Incomprensible ese premio en Berlín al Mejor Guión, con el tratamiento de la historia tan maniqueo, tan disperso y deslavazado. Tan lleno de oquedades, contradicciones y agujeros narrativos.

Con el esquematismo tan burdo en el retrato de las villanías de ciertos  secundarios, que afecta incluso a la policía y personal sanitario implicado en el relato, que protagonizan situaciones que se dan de bruces con la lógica más elemental. Lo mismo cabe decir de algunas reacciones del propio personaje central ante ellas. Con ese tufillo a transcendencia, toques fantásticos incluidos, que sobrevuela todo el metraje…

Producción chilena, de 104 minutos de duración. La escriben el director y Gonzalo Maza. La fotografía muy bien Benjamín Echazarreta y la correcta banda sonora la firma Matthew Herbert. Daniela Vega es muy carismática y, ya se ha comentado, tiene una preciosa voz. Pero resulta limitada en sus registros interpretativos.

Tengan en cuenta, no obstante, los reconocimientos y críticas favorables que la preceden. La pelota, en sus tejados.

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