El Padre morado de San Agustín descansa en la parroquia de San Francisco. La lluvia quiso que el Nazareno de Arcos, nada más regalar la bendición en el barrio franciscano, entrara a toda prisa en el interior del templo. Los tres pasos que conforman la procesión de la 'Madrugá' arcense permanencen en el interior del templo a la espera de la decisión que tome el obispo sobre su posible traslado a San Agustín. Los pasos accedieron al templo gracias a la previsión de la propia hermandad y a la disponibilidad de la parroquia de San Francisco. A las 13.00 horas se celebrará una misa que promete ser multitudinaria, según se ha confirmado. La parroquia ha permanecido con las puertas abiertas para que el pueblo de Arcos gozara de las imágenes.
Menos mal que la hermandad pudo iniciar su procesión a las dos de la madrugada para recorrer el casco antiguo y llegar hasta la calle San Francisco en un nuevo alarde de fe y esfuerzo costalero. La primera imagen de la noche fue el homenaje que la hermandad brindó a su antiguo capataz Manuel Camacho, que recibió un detalle de manos del hermano mayor, Manuel Padilla Pajuelo. Fue precisamente 'Camacho' quien haría la simbólica primera 'levantá' de la noche.
Ya en la calle, tras la salida de la cruz de guía y de los primeros nazarenos del grupo joven de la cofradía, apareció la talla de la Santa Mujer Verónica portando la faz de Cristo estampada en su lienzo. Al ritmo del himno nacional, la procesión fue tomando forma con la primera de sus tres parihuelas. La imagen, de autor desconocido, precedió al segundo tramo de hermanos de fila vestos de riguroso morado y cordón de color oro, con la diilgencia que requiere la salida para organizar lo mejor posible tan largo recorrido. El dorado paso de Nuestro Padre Jesús Nazareno apareció radiante en medio de la noche, solo iluminado con la tenue luz parroquial y la luna en lo alto de la espadaña del templo. En esta ocasión, el barroco paso del Nazareno apareció exornado con flores moradas; la imagen con su túnica burdeos y su característica cruz de carey y plata a la que ayuda a cargar la talla del imaginero Ramón Chaveli de un fuerte Simón de Cirine. La imagen de Cristo data aproximadamente de 1600, de unos once años después de la fundación de la cofradía, y está atribuida al artista italiano Jaime Velardi. De rostro sereno, el Nazareno abandonó su casa por unas horas con la escolta de sus armaos y con la música de la pasión.
El paso lento de las andas de Cristo contó con la garantía que aporta la experiencia de los capataces Juan de Dios Vázquez y Antonio Aguilar. Le siguieron los armaos y un reguero de vecinos de promesa que con su presencia expresan sus peticiones y gracias a Dios. Cerró el amplio cortejo el paso de Nuestra Señora del Mayor Dolor y Traspaso, cuya talla estrenó este año saya color burdeos. Con el pecho atravesado por un gran puñal simbolizando el dolor por el martirio de su Hijo, Nuestra Madre apareció radiante y con el testigo de San Juan Evangelista.
Este año, las agrupaciones y bandas que acompañaron el cortejo fueron las de La Oliva, de Mérida; la Veterana de Sevilla de los Reales Tercios 'Gran capitán'; la del Santísimo Cristo de la Antigua de Espera; y la municipal de Arcos Vicente Gómez Zarzuela, que se fueron incorporando en distintos momentos del recorrido.
El Alcalde Perpetuo de Arcos descansa ahora en el templo.