El circuito de Jerez se ha convertido en un atractivo turístico en sí mismo, por lo que su posibilidad de generar ingresos se antoja todavía ilimitada. La última iniciativa que va a poner en marcha Cirjesa es la venta de piezas del antiguo piano del trazado, sustituido hace poco más de un año. En concreto se han preparado 250 piezas únicas, numeradas y sobre una singular base de madera, que saldrán a la venta este próximo fin de semana al precio de 150 euros. Se trata de una iniciativa similar a la que ponen en marcha los clubes de fútbol cuando venden trozos del césped a sus aficionados.
De manera paralela, Cirjesa ha adjudicado a una empresa de Madrid la comercialización de los espacios del circuito ajenos a la propia práctica deportiva, desde el convencimiento de que es posible sacarle “más rentabilidad”. “Tenemos 280 días de ocupación al año, pero creemos que hay posibilidad de aprovechar aún más los recursos del circuito. Estamos dando paso a nuevas actividades y de hecho tenemos en proyecto habilitar una pista de mountain bike, otra de motocross, un museo de verdad en lugar del actual, que es provisional...”, explica Santiago Galván.
Equilibrio económico
Con todas estas iniciativas se persigue abandonar la idea de que el mantenimiento del circuito supone un coste para las arcas públicas, convirtiéndolo incluso en una posibilidad real de generar ingresos. “Después de años de importantes pérdidas, el pasado ejercicio ya alcanzamos el equilibrio económico. En 2015 tuvimos más de dos millones de pérdidas, de ahí pasamos a los 700.000 euros de 2016 y ya en 2017 se ha generado un mínimo beneficio. Estamos en la senda de cumplir el plan de reequilibrio que aprobó este Gobierno. El circuito está ahora mejor que nunca, hemos entrado en positivo y eso es importante. Esa es la mejor garantía para que el Gran Premio se siga disputando en Jerez”, apostilla Galván.
Más de 50.000 entradas vendidas
Hasta este pasado lunes se habían vendido más de 50.000 entradas para el Gran Premio, una cifra similar a la de 2017 en ese mismo día y a la espera del tirón de última hora.
