Sevilla amanecía este sábado bajo un cielo plomizo y se mantenía a lo largo de la tarde, permitiendo que, tras la frustración por las lluvias del viernes, el Sábado Santo hicieran la estación de penitencia las cofradías que así lo tenían previsto.
Así, puntual, sin alcanzar siquiera la una de la tarde, la parroquia de San Diego de Alcalá abría sus puertas para que comenzara su estación de penitencia la Hermandad del Sol, que iniciaba su recorrido casi en soledad hasta que llegaba a carrera oficial, abriendo ya a las seis de la tarde la penúltima jornada de la Semana Santa de Sevilla.
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— Emergencias Sevilla (@EmergenciasSev) April 20, 2019
Gracias José Manuel Palomo, Capataz de @hdaddelsol, por la "levantá" que has dedicado a tu Policía Local de Sevilla.
Tus palabras resuenan el resto del año entre tus compañeros cuando llevas ese uniforme que tanto quieres.#PolicíaSevilla #Seguridad pic.twitter.com/xB4q0VPXOl
Los Servitas, con su impresionante misterio y su hermosa María Santísima de la Soledad, era la siguiente cofradía en salir en este Sábado Santo, partiendo de la céntrica capilla de Nuestra Señora de los Dolores.
Sin solución de continuidad, era La Trinidad la que tomaba el relevo en carrera oficial. De sus tres pasos, que habían partido unas tres horas antes del santuario de María Auxiliadora, destaca el Santísimo Cristo de las Cinco Llagas, de Luis Álvarez Duarte, mientras Nuestra Señora de la Esperanza de La Trinidad es de Juan de Astorga.
Tras esta cofradía, la sobriedad del Santo Entierro, en especial el Cristo en la Urna, cuya imagen del Santo Entierro de Nuestro Señor Jesucristo está atribuida a Juan de Mesa, mientras la talla de la alegoría del Triunfo de la Santa Cruz, que abre el cortejo, es anónima del siglo XVII.
El impresionante paso de María Santísima en su soledad, talla anónima del siglo XVI, en silencio y sin música, cerraba un Sábado Santo que, pese a las nubes, ha podido completarse.