Según informó el Instituto Armado en un comunicado, la investigación se inició a partir de una inspección ocular a una nave por un presunto robo que permitió a los agentes localizar en una nave anexa gran cantidad de efectos militares, como una granada de mortero en una estantería y una ametralladora de grandes dimensiones colocada en un trípode, junto a otra igual en el interior de una caja.
Tras el estupor inicial, los agentes realizaron distintas pesquisas que les permitieron determinar el dueño de la nave carece en la actualidad de licencias de armas en vigor y no posee libro de coleccionista, ya que la licencia le fue revocada al tener antecedentes por malos tratos en el ámbito familiar.
Ante la posibilidad de que pudiera tener más armas en su domicilio, los componentes de Policía Judicial de la Guardia Civil solicitaron a la autoridad judicial permiso de entrada y registro en dos domicilios del dueño de la nave. En uno de ellos, además de abundante munición, localizaron una escopeta, elementos de fusiles, cuatro carabinas de aire comprimido y otras armas prohibidas. En el otro registro se encontraron cinco fusiles (dos cetmes y tres mauser) y abundante munición.
El detenido ya ha sido puesto a disposición judicial como presunto autor de los supuestos delitos de depósito de armas y munición de guerra y tenencia ilícita de armas.
