Todo empezó pasadas las 23.30 horas del Domingo de Pentecostés con el inicio del rezo del Santo Rosario. Mientras, miles de personas se arremolinaban en los alrededores del Santuario de la Virgen del Rocío y otras tantas esperaban impacientes a escasos metros de Ella. Nervios y suspense por vivir un año más el Salto de la Reja, ese momento anhelado y esperado por todos. Aquello no sucedió hasta once minutos antes de las 3.00 horas de la madrugada de este Lunes de Pentecostés, cuando el hermano mayor de la Matriz de Almonte, José Manuel Medina, pasó el pórtico de la ermita. Ahora sí, llegaba el momento. Los almonteños sobrepasaron la reja y postraron sobre sus hombros a la Virgen. Eso sí, ante la imposibilidad de levantar el paso, los feligreses movieron a la Virgen por toda el santuario a ruedas hasta llegar al presbiterio. Ahí empezaba el recorrido procesional de la Virgen, que se alargó durante casi diez horas, hasta las 12.31 horas del lunes. Mientras tanto, estampas para el recuerdo en un jornada marcada por la convivencia y los cielos soleados. La Virgen saludó los simpecados de las 124 hermandades filiales en una procesión marcada por momentos inolvidables en las calles de Almonte y Moguer.
La sagrada imagen visitó la filial de Moguer y se meció frente la Hermandad Matriz de Almonte, situada en uno de los laterales del templo. Poco después, ante miles de personas que arroparon en todo momento a la Virgen, el paso se adentró en el interior del Santuario no sin antes girarse a las puertas para que mira al público congregado. Fue una jornada especial y única, ya que a lo largo de este Rocío 2019 se ha conmemorado el Centenario de la Coronación canónica de la Virgen, el 175 aniversario de la Fundación de la Guardia Civil y ha servido para abrir el Año Jubilar Mariano por la Venida, que se celebrará el 19 de agosto.
Muy pocos días para volver a reencontrarse con la Blanca Paloma, aquella que recibió petaladas, vítores y salves durante sus casi diez horas de recorrido procesional. Con dos lazos negros de luto atados a los varales delanteros del paso, y que durante la procesión fueron retirados, la Virgen del Rocío estrenó traje y manto, que conformaban el ‘terno del Centenario’, con más de 2.000 piezas bordadas en oro fino. Fue un día de sentimientos encontrados: de esa alegría por ver a la Virgen por las principales arterias de la aldea almonteña a ese sabor amargo por acabar una romería que se ha caracterizado por el buen ambiente. Lágrimas, sonrisas, abrazos y peticiones a la Virgen para sentir y disfrutar una salida que tardará muy poquito tiempo en repetirse.
Por el momento, el Rocío 2019 pone su fin con la salida de las hermandades de la aldea almonteña. Este mismo Lunes de Pentecostés iniciaron su camino de vuelta un total de 75, de las que 33 hermandades volvieron por los caminos mientras que el resto lo hizo por carretera. Entre ellas, la filial onubense de Ayamonte. Ya en la jornada de este martes completarán la salida de la aldea las últimas 49 hermandades. Todas las de Huelva lo harán por los caminos, como las filiales de Bollullos, Bonares, Cartaya, Chucena, Emigrantes, Escacena del Campo, Gibraleón, Hinojos, Huelva, Isla Cristina, La Palma del Condado, Lucena, Manzanilla, Moguer, Niebla, Palos de la Frontera, Paterna, Punta Umbría, Rociana, San Juan del Puerto, Trigueros, Valverde, Villalba del Alcor y Villarrasa.
Por último, la afluencia de público durante estos días en la aldea almonteña ha sido ligeramente superior al de los últimos años. Además, el Dispositivo Ermita cerró el operativo con 30 asistencias sanitarias y tres traslados durante la madrugada en la aldea de El Rocío. La incidencia más reseñable es el atragantamiento de un bebé de diez meses que se desvaneció. La Guardia Civil auxilió al menor y logró recuperar sus estímulos tras minutos de desesperación.