Las obras de rehabilitación de la antigua estación de Almería han dejado al descubierto "vicios ocultos" en su estructura que no estaban previstos en el proyecto de actuación original, lo que ha obligado a la realización de un "proyecto complementario" para abordar las deficiencias localizadas y avanzar en los trabajos, que pese a todo están "muy avanzados" aunque no finalizarán en el plazo previsto.
El subdelegado de Gobierno en Almería, Manuel de la Fuente, ha explicado en rueda de prensa que no es posible ofrecer una "previsión" concreta para la finalización de los trabajos, cuya inversión inicial era de 1,9 millones de euros pero cuyo presupuesto "ha aumentado" a raíz de estos trabajos complementarios en una cifra que no ha podido detallar.
De la Fuente ha incidido, no obstante, en que la cubierta del edificio está ya finalizada y que la obra, en términos generales, está en una "fase muy avanzada de terminación" a pesar de que la "sucesión de complicaciones" en la infraestructura metálica no ha dejado "más opción que repararla" por encima de las fases previstas.
La actuación que realiza Tragsa contaba con una plaza de finalización inicial para febrero de este año, si bien de manera global se advirtió la necesidad de afrontar una tercera fase de obras encaminada ya al uso que se diera al inmueble, sobre el cual tampoco ha trascendido una decisión oficial aunque el Ayuntamiento de Almería ha reclamado en varias ocasiones para darle un uso "cultural".
Las obras en marcha tienen por objeto la rehabilitación de los cuerpos laterales y fachadas de ladrillo, el cuerpo central de fundición y vidrieras, andenes y marquesinas de andenes, estructura e instalaciones afectadas.
Entre los elementos que deberán contemplarse en una fase posterior se encuentran las fachadas laterales interiores del edificio en las que se plasman los mosaicos de la Virgen del Mar y la escena de la estación, que serán objeto de limpieza pero no de restauración. Las carpinterías también se reservan para una fase posterior, al igual que otros elementos hallados durante las obras, como un arco integrado en una de las paredes de la parte superior del edificio.
Las labores realizadas para la limpieza y recuperación de la fachada han precisado de un tratamiento mediante chorreo de arena para acabar con la oxidación de la misma y de sus elementos, muchos de los cuales deberán ser reconstruidos, al igual que la cubierta, que casi se ha tenido que hacer nueva.
Los trabajos han centrado una buena parte de los esfuerzos en permeabilizar las terrazas para evitar nuevas entradas de agua en el edificio, con lo que actualmente se realizan ensayos mediante el estancado de una masa de agua para comprobar que no hay goteras tras su reparación.
Precisamente han sido las filtraciones de agua las que han causado mayores problemas en la estructura del edificio, lo que ha complicado los trabajos de saneamiento en el interior de las paredes cuya reposición seguirá el mismo sistema de construcción original.
Uno de los elementos singulares de la estación es su reloj, cuyo motor se ha desmontado y se ha enviado a reparar para poder volverlo a instalar. Será en la recta final de esta fase cuando los restauradores se centren en los elementos externos de zinc que coronan el inmueble y que tendrán un tratamiento diferenciado.