El alcalde, José Ignacio Landaluce, acompañado de varios miembros de su equipo de gobierno y de otros representantes de la Corporación municipal, ha participado esta mañana en el homenaje que el centro penitenciario Botafuegos le ha hecho a una de sus voluntarias más veteranas, María Rosillo, que ha recibido el cariño de toda la comunidad del centro.
María Rosillo Guerrero es el nombre que ahora reza en una de las vías principales de la prisión para que se recuerde a perpetuidad la labor de una persona dedicada en cuerpo y alma a ayudar a los más necesitados.
En su intervención, tanto el director de Botafuegos, Francisco Márquez, como un representante de los internos y el párroco de la pastoral penitenciaria, coincidieron en alabar la encomiable entrega de María hacia aquellos que lo estaban pasando mal, para quienes siempre tenía una palabra o un gesto amable. Tras estas palabras se descubrió la placa y se le hizo entrega de un ramo de flores, así como algunos obsequios.
Por su parte, Landaluce también agradeció a la homenajeada su labor como voluntaria y destacó que “María es un ejemplo a seguir, un ejemplo de vida, de humildad y de coraje”. El primer edil aprovechó el momento para poner en valor el trabajo de los funcionarios de prisiones y de los voluntarios, que procuran hacer del día a día de los internos algo menos duro.
