El pasado domingo, 21 de julio, un terrible suceso quebró la apacible tranquilidad de Algar, un pueblo de la Sierra de Cádiz con apenas 1.400 habitantes. Aquella mañana, la Guardia Civil hallaba el cuerpo sin vida de Lesley Pearson, una ciudadana británica de 74 años, que pasaba largas temporadas en una finca a las afueras de la localidad. Eso mismo día, los agentes detuvieron a un vecino, empleado de mantenimiento de la Casa Lele, como se denominaba la finca. Precisamente este medio dio la primicia de este crimen que durante varios días ocupó la portada de los informativos provinciales, regionales y también nacionales.
El lunes, el martes y el miércoles, un aluvión de periodistas, redactores gráficos y cámaras de televisión, se dejaron ver por Algar para cubrir la noticia, alterando el día a día de los lugareños, poco acostumbrados a ser el centro de la actualidad, sobre todo por un suceso como el ocurrido esa semana. “Aquí no ocurre nunca nada”, indicaba una vecina.
“El domingo nos acostamos conmocionados por esta triste e inesperada noticia”, señaló el lunes siguiente el alcalde de Algar, José Carlos Sánchez.
El lema del municipio, no en vano, es ‘La sencilla grandeza de la tranquilidad”. Porque precisamente tranquilidad es lo que buscan los turistas que eligen Algar para pasar unos días de asueto. Es turismo rural en mayúsculas. Buena comida y naturaleza en estado puro. Mucho silencio y un paisaje de estrechas calles con casitas blancas entre los parques naturales de la Sierra de Grazalema y Los Alcornocales. Rutas para los amantes del senderismo o simplemente un lugar idílico donde pasar un fin de semana en pareja. Pero claro, un suceso como el ocurrido desentona con esa realidad que busca el turista, el visitante que proviene generalmente de grandes urbes.
Reservas canceladas
En la calle Real, en pleno centro del pueblo, se encuentra el Hostal El Aljibe. Un acogedor hotel de apenas ocho habitaciones que lleva un mes y medio abierto. Su gerente, Ezequiel Garrido, lamenta que durante los tres primeros días después de salir el suceso en los medios de comunicación, tuvo treinta y tres cancelaciones. “Es el 51 por ciento de las que teníamos”, explica Garrido quien tenía todo el mes de agosto ocupado al cien por cien y que ahora ha tenido que quitar el cartel de completo.
“El ritmo de las cancelaciones ha sido muy superior al de las nuevas reservas”, añade con preocupación para explicar que “no es que la gente tenga miedo o algo así, creo que el motivo es que creen que se van a encontrar el pueblo lleno de medios de comunicación”.
Algo que además no corresponde con la realidad porque tras esos primeros días, la tranquilidad por la que es conocido el municipio regresó y acampa de nuevo en cada rincón. Su clientela está compuesta por parejas y amantes de la naturaleza y “seguramente al ver al pueblo en los medios pensaron que su objetivo de estar tranquilos no se iba a cumplir y de ahí las cancelaciones”.
En Algar, junto al Hostal El Aljibe, también hay otros alojamientos, sobre todo casas y apartamentos rurales. También nos encontramos con el Hotel Villa de Algar, perteneciente de Tugasa, de la Diputación de Cádiz. Desde el mismo nos han confirmado que sí ha habido algunas cancelaciones pero en su caso las han cubierto con otras nuevas reservas que estaban pendientes y se enfrentan a un agosto con una ocupación casi del cien por cien en sus 20 habitaciones.
“La verdad es que hubo un poco de agitación los primeros días después del trágico domingo, pero aquí ya no se ve ni a un periodista”, señalan desde este segundo alojamiento para confirmar que “Algar sigue siendo uno de los mejores sitios donde poder disfrutar de unos días de relax”.