El PSOE linense dio a conocer ayer una nueva supuesta irregularidad del ya ex alcalde de La Línea de la Concepción, Juan Carlos Juárez. Según los socialistas linenses el primer edil dimisionario utilizó los fondos del Plan E del Gobierno para abonar las nóminas de los meses de junio y julio. Pero además, Juan Carlos Juárez luego utilizó las partidas, a través de dos decretos, destinadas a la ayuda a domicilio de la Junta de Andalucía y las que se iban a recaudar por la licencia del futuro hospital del Campo de Gibraltar para reponer este dinero adelantado. Partida que en el caso del hospital aún no están ni siquiera recaudada; además, esta circulación monetaria deja evidentemente sin subvención a las propias ayudas a domicilio; a no ser que Juárez ya tuviera pensado otro nuevo desvío de dinero. Evidentemente esta actuación es una nueva irregularidad del equipo de Gobierno que lideraba Juan Carlos Juárez y que le podría conllevar graves sanciones, tanto administrativas por parte del Gobierno central como de la Junta de Andalucía; además, de otras posibles sanciones jurídicas si se comprueba que esta actuación es punitiva judicialmente.
Precisamente este lunes, Juan Carlos Juárez tiene previsto comparecer ante los medios de comunicación junto al presidente provincial del PP, José Loaiza, para explicar su dimisión ante la inhabilitación de seis meses por el caso Palex y la estrategia a seguir por su partido con él a la cabeza siguiendo ostentando la presidencia local.
El anuncio realizado ayer por el PSOE de esta nueva irregularidad de Juárez es una lanza más socialista para presionar para lograr el abandono definitivo del ya ex alcalde de la vida política y para que el Partido Popular opte de una vez por desvincularse del madrileño. La pregunta que evidentemente se está haciendo ahora todo el electorado del PP tanto de La Línea como más allá de sus fronteras es si a la formación popular le conviene cerrar filas en torno a Juárez ya que su irremediable caída, más tarde o temprano ante tal cúmulo de irregularidades, también puede precipitar la del propio partido con un desgaste muy fuerte de votos.
