El Almería venció este sábado al Huesca por la mínima (1-0), con un tempranero gol de Sekou, en un partido en el que mereció un triunfo más holgado y que le permite continuar invicto después de tres jornadas.
Los locales lo intentaron ya desde el arranque con Gaspar por la izquierda y no tardaron mucho en abrir el marcador, a los cuatro minutos. Tras un saque de esquina, Chema colgó desde la derecha el balón al área, Corpas cabeceó hacia atrás y por allí andaba preparado Sekou para mandarlo, también de cabeza, al fondo de la red.
En el Almería, Pedro Emanuel mantenía su apuesta por un once con integrantes de la pasada campaña. De las diez incorporaciones realizadas por el nuevo propietario del club, Turki al-Sheikh, solo Maras formó en el once del técnico luso acompañando a Owona en el centro de la defensa.
Los rojiblancos seguían llegando, en posesión o a la contra, de manera aislada o en oleadas, a las inmediaciones del área del Huesca. Cuando perdían el esférico, Sekou y Chema presionaban muy arriba la salida de balón, inquietando en alguna ocasión a Álvaro Fernández.
Maras, de cabeza, perdonó el segundo tras un nuevo córner y también Chema tuvo otra oportunidad para ampliar la renta local, al encontrarse un balón solo dentro del área, pero acabó estrellándose con la madera.
Insistían los rojiblancos, creando peligro cada vez que el esférico pasaba por los pies de Chema o Gaspar -Álvaro Fernández le sacó un disparo desde la frontal-, e incluso desaprovecharon un penalti señalado, bastante a destiempo, por el VAR que Aguza lanzó al muñeco. Al intermedio, el 1-0 era un marcador demasiado corto para el Almería y un alivio, pese a ir perdiendo, para el Huesca.
Los oscenses intentaron aprovechar el inicio de la segunda mitad para tratar de equilibrar el duelo y Míchel dio entrada en el ataque azulgrana a Sergio Gómez e Ivi instantes después de que Cristo tratase de sorprender a René con una lejana vaselina. Luego el propio Ivi, en su primera intervención, perdonó un cabezazo casi en boca de gol.
Fueron los primeros avisos contra un Almería que había salido algo más adormecido e impreciso tras el paso por vestuarios, pero también serían los únicos.
El Huesca quemó sin fortuna su último cartucho con la entrada de Juan Carlos Real, ídolo la pasada temporada de la afición almeriense y recibido con división de opiniones, casi al mismo tiempo que en los rojiblancos debutaba Coric, llamado a serlo este año.