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Condenan a muerte en Irán a uno de los manifestantes

Un tribunal iraní ha condenado a muerte a un disidente que participó en las manifestaciones posteriores a las elecciones presidenciales del pasado mes de junio, según informaron este jueves fuentes reformistas.

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Un tribunal iraní ha condenado a muerte a un disidente que participó en las manifestaciones posteriores a las elecciones presidenciales del pasado mes de junio, según informaron este jueves fuentes reformistas.

Según la página de internet reformista Mowjcamp.com, que no citó fuentes, un juez informó este pasado lunes del veredicto a Mohamed-Reza Alí-Zamani, quien pertenecería a un grupo partidario de la monarquía.

No se precisan los cargos contra él. Las autoridades no se han pronunciado de momento sobre esta información.

Hasta la fecha no se ha anunciado ninguna pena de muerte en relación con las protestas que se produjeron en todo el país después de las elecciones presidenciales del 12 de junio.

De acuerdo con las leyes iraníes, la pena de muerte puede apelarse ante un tribunal superior.

Violaciones en Kahrizak

El jefe superior de la Policía de Irán, Ismail Ahmadi Moghadam, afirmó ayer que no se han hallado evidencias de que se cometieran abusos sexuales en el penal de Kahrizak a los detenidos en las protestas postelectorales, como ha denunciado la oposición.

En declaraciones divulgadas este miércoles por la agencia de noticias estudiantil Isna, el general admitió que se produjeron “abusos de algún tipo”, pero subrayó que ha quedado probado “que allí no hubo violaciones”.

Moghadam no precisó, sin embargo, que tipo de abusos se cometieron en el referido penal, cerrado a finales de julio por orden directa del líder supremo de la Revolución iraní, ayatolá Ali Jamenei, después de que surgieran noticias sobre supuestas torturas.

Las violaciones fueron denunciadas por el candidato reformista derrotado Mehdi Karrubi, quien dijo tener pruebas y haberlas presentado a la comisión investigadora de los disturbios formada por el Parlamento iraní.

Aún así, las autoridades iraníes han detenido al alcaide de la prisión, ubicada en el sur de Teherán, y a una docena de agentes y de responsables judiciales que trabajaban allí, y ha prometido que serán juzgados.

Alrededor de unas treinta personas murieron –según cifras oficiales– y casi 4.000 fueron detenidos por las protestas que surgieron tras conocerse la reelección del presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, que la oposición denuncia como fraudulenta.

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