El concejal delegado de Cultura, Daniel Pérez Cumbre, y la concejal delegada de Participación Ciudadana, Inmaculada Domínguez, asistieron anoche a la inauguración del Belén Municipal, instalado en el edificio Pósito, obra del artista barreño Valentín Rivera.
La reproducción del Nacimiento de Jesús recreada por Rivera contiene réplicas de monumentos y edificios emblemáticos de la Villa de Los Barrios como la iglesia de San Isidro Labrador, el Ayuntamiento, la Casa de Urrutia o la Fuente de la Plaza de la Iglesia. Para esta representación, Rivera ha utilizado materiales como el porexpan, la escayola, el poliestireno y el poliestireno expandido, así como resina de poliéster y pinturas en espray y de botes.
Este Belén permanecerá abierto al público hasta el próximo día 3 de enero en horario de mañana, desde las 10.30 hasta las 13.30 h., de lunes a viernes, excepto días festivos.
Tanto Pérez Cumbre como Domínguez felicitaron al autor de la obra, que califican de “excelente”, e invitan “a todos los vecinos y vecinas de la localidad a pasar por El Pósito, para contemplarla y disfrutarla”.
Valentín Rivera es licenciado en Bellas Artes por la Universidad de Sevilla desde 2013. Además, cuenta con un Máster en Profesorado de Bachillerato y Eso desde 2014. Durante el curso 2014-2015, ejerció, además, como asistente honorario, en calidad de docente, en la Facultad de Bellas Artes de la citada universidad, impartiendo la asignatura ‘Procedimiento escultórico’ junto al catedrático Juan Manuel Miñarro.
En 2016, Rivera fue protagonista de una exposición de imaginería, muy aplaudida en Los Barrios, en la que mostró su variado repertorio de reproducciones de figuras religiosas, entre otros trabajos. También fue autor del Belén Municipal en los años 2017 y 2018.
En la actualidad, y desde octubre de 2017, imparte en el municipio un taller de pintura al que asisten a diario un amplio número de alumnos.
La tradición de representar el Nacimiento de Jesús en estas fechas se remonta al siglo XIII, cuando San Francisco de Asís tuvo la idea de reproducir la “sagrada escena” en una cueva próxima a la ermita de Greccio (Italia) para conmemorar una de las principales efemérides en las que se basa el Cristianismo.