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Quien abandona el juego, lo gana

Mentiras tras mentiras con la alegría del “Gordo” de navidad se viene a legitimando la “inocencia” de un juego que, como todos, siempre es de perdedores

Publicado: 24/12/2019 ·
09:54
· Actualizado: 28/12/2019 · 11:18
Autor

Rafael Fenoy

Rafael Fenoy se define entrado en años, aunque, a pesar de ello, no deja de estar sorprendido cada día

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En este blog se pretende compartir análisis, reflexión y algo de conocimiento contigo persona lectora

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Aforismo de Nicolas Chamfort, escritor francés nacido en 1741 y 1794, que pone de manifiesto la sabiduría con que el comportamiento humano debe conducirse en todos los aspectos de la vida, pero más aún cuando evita tentar a la suerte en los juegos de azar. También aplicable, por ejemplo, a los psicológicos, ya que en su inmensa mayoría generan perdedores. En el mundo de las relaciones de pareja, la mayoría de los juegos suelen acabar bastante mal.  En la canción “Lo Malo” se hace referencia el título de este texto cuando se dice: “al dejarte ya gane”, porque el juego es tóxico.

            Los juegos de azar, las apuestas, se inventaron para convencer a las personas a que dieran su dinero, sin rechistar.  No es un robo a mano armada, pero si un timo, incluso legalizado, porque por más que se informe de las reglas del juego siempre las probabilidades de obtener ganancias son ínfimas comparadas con las casi seguridades de perder los dineros.

            De hecho, una rama de las matemáticas aplicadas estudia la teoría de los Juegos, para definir estrategias económicas extraídas de las observaciones del comportamiento de las personas que juegan. Se desarrolló enormemente a raíz de la guerra fría donde operaba el concepto de “destrucción mutua garantizada”, más claro ¡todos pierden!. En este sentido podría decirse que el aforismo de Chamfort tuvo rabiosa actualidad, de forma que los bloques políticos decidieron dejar de jugar a la “guerra teórica”, mientras “sottovoce” las industrias armamentísticas y las cúpulas militares siguen jugando.

            En este fin de año, la tradición promueve la compra de lotería y celebrado el sorteo, los medios enfatizan la alegría de quienes algo ganaron. Ninguna importancia tiene la triste realidad de los perdedores, aunque por cada “ganador” hay miles de “perdedores”, que pueden consolarse pensando que sus pérdidas van a parar a la caja común, la de hacienda.

            Los juegos más dañinos son los que sustenta la llamada industria privada del juego. Paradójicamente esa “industria” sólo produce la ruina de quienes juegan. En las camisetas de los ídolos del futbol, por ejemplo, se publicitan estas nocivas empresas privadas de apuestas tanto físicas, como virtuales (las más peligrosas). Las cifras de jugadores on-line no dejan de crecer y en 5 años (del 2013 al 18) se han triplicado, llegando actualmente al millón de personas, y el volumen de dinero jugado casi se ha cuadriplicado jugándose hasta septiembre de 2019, 14000 millones de euros, según los datos de la Dirección General de Ordenación del Juego. Resulta tristemente anecdótico que alguien pretenda “ordenar” el juego.

            Mi padre me contaba un dicho que su madre le decía: “Quien juega por necesidad, pierde por obligación” y estas cifras tan desorbitadas y su aumento progresivo, casi geométrico, muestran la enorme necesidad de muchas personas, que en su trágico delirio perciben erróneamente que el juego puede resolver su problema, cuando en realidad lo agrava en extremo.  ¿Cómo es posible que sea legal este inmenso timo?

            Mentiras tras mentiras con la alegría del “Gordo” de navidad se viene a legitimando la “inocencia” de un juego que, como todos, siempre es de perdedores.

Fdo Rafael Fenoy

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