La viceportavoz del Partido Popular en el Ayuntamiento de Torremolinos, Marta Huete, ha criticado el “despilfarro” del equipo de gobierno de la localidad en la Casa María Barrabino, adquirida en septiembre de 2017 y pagada en ese mismo año, 2018 y 2019 y en la que se han desembolsado 1,1 millones de euros, edificio que los populares han calificado de “casa en ruinas”.
Haciendo un repaso por la trayectoria que ha vivido esta casa desde que fuese adquirida por el equipo de gobierno del PSOE, Huete ha explicado que en 2016 empezaron los trámites en disciplina urbanística y se requirió a la propiedad del inmueble a “acometer medidas cautelares de apuntalamiento por el riesgo inminente de colapso con apercibimiento de multas, llegando incluso a imponerse dos sanciones coercitivas por valor de 27.953 euros cada una”. Sin embargo, según la edil popular, “la propiedad hizo caso omiso, alegando razones económicas y que, al estar muy avanzadas las negociaciones para la venta con el propio Consistorio, entendían que el inmueble podría estar en estado de ruina funcional e instaron al Ayuntamiento a que iniciara el expediente expropiatorio”, pero el Ayuntamiento decidió adquirir la vivienda.
Según Huete, antes y después de la compra se han sucedido una serie de inversiones relacionadas con servicios para la tasación y la asistencia técnica para la compra y rehabilitación, apuntalamiento de la estructura y desmontaje de la cubierta, además del suministro de andamios, el servicio de tratamiento y conservación de elementos artísticos y la reparación de la cubierta, “proyectos que suman al menos 250.000 euros más”.
Hace más de un año, en febrero de 2019, salía a concurso la reparación del tejado. Esta actuación, con un presupuesto algo superior a los 147.000 euros se anunció como "prioritaria" para frenar el deterioro de este emblemático edificio, construido en torno a 1862 y que se encuentra deshabitado desde 1997. Según el informe arquitectónico, el inmueble “refleja los gustos de la burguesía decimonónica malagueña y se encuentra ligada a los inicios de Torremolinos como localidad destinada a albergar un tipo de turismo residencial, que más tarde sentaría las bases del desarrollo de su actividad económica. Se trata de una de las pocas casas de la época que aún conservan en gran parte su decoración y su estructura originales, deterioradas por el paso del tiempo y la desmemoria, pero igualmente representativas del patrimonio del siglo XIX”.