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Mercasevilla: Hay comida de sobra

Mercasevilla funciona con normalidad para garantizar el abastecimiento de productos perecederos a Andalucía, Extremadura y al ALgarve portugués

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Mercasevilla funciona con normalidad durante la pandemia de coronavirus para garantizar el abastecimiento de productos perecederos a Andalucía, Extremadura y al Algarve portugués con el movimiento diario de un millón de kilos de alimentos, lo que supone que exista más oferta que demanda, según la dirección de la lonja, y que haya "comida de sobra", como aseguran los minoristas.

Aún de madrugada, el movimiento en las 39 hectáreas de Mercasevilla de camiones, furgonetas y de coches es incesante para llenar las naves de fruta, verdura, carne y pescado, donde casi 3.000 minoristas irán retirando los productos para llevarlos a sus puestos de mercados de abastos o de tiendas de barrio.

Todos los profesionales van con guantes y mascarillas, algunas hechas a mano, como un vendedor de pescado que luce orgulloso el escudo del Betis en una tela que "cumple con las exigencias" sanitarias, asegura. Los elementos de protección son de obligado cumplimiento para entrar en las instalaciones, aunque ha costado que todo el personal lo acepte, reconocen los responsables.


El director de Mercasevilla, José Ramón Navarro, subraya que existen suficientes alimentos perecederos para toda la zona de influencia porque el sector primario funciona "con normalidad", igual que el transporte, lo que permite que la entrada de mercancía sea incluso superior a la demanda, que ha descendido por el cierre de bares, restaurantes y hoteles, explica a Efe.

Durante la crisis sanitaria, "determinadas cadenas de supermercados se vieron desabastecidas" de algunos productos, pero Mercasevilla "garantizó", y sigue haciéndolo, con respecto a los alimentos perecederos para el comercio tradicional, las plazas, los mercados de abastos y las grandes superficies, sostiene su director.

El frutero José Luis Rodríguez, que lleva 26 años vendiendo y tiene un puesto en el barrio sevillano de Los Bermejales, asegura que "hay de todo" para comprar y se congratula de que, incluso, "los precios están bajando" tras una leve subida los primeros días del estado de alerta.

"Hay género de sobra. No hace falta tener los frigoríficos llenos hasta arriba. Que la gente se tranquilice, que no vaya todos los días a comprar, es suficiente con ir dos o tres veces a la semana a por fruta y verdura", resume el frutero.

Salvador López Florencio, presidente mayoristas de pescado en Mercasevilla, abunda en la idea de que "el abastecimiento está totalmente garantizado, estamos teniendo incluso más pescado que semanas normales porque mucho pescado que va destinado a hostelería, como por desgracia los negocios están cerrados, pues llegan a los mercados".

"Los meros, las urtas, los virreys del norte, que normalmente no llegan al ama de casa por el alto valor que tiene" están entrando en los domicilios porque, "al no haber hostelería, pues tienen un precio mucho más adecuado", resume el pescadero entre el bullicio de la nave El Barranco, que tiene el mismo nombre de la lonja de pescado tradicional de Sevilla, situada junto al puente de Triana y ahora convertida en locales de ocio.

El presidente de los mayoristas de pescado insiste en que "no hace falta hacer acopio" en las casas porque cada día llegan a Mercasevilla más de 100.000 kilos diarios de producto. "Que compren al día porque está totalmente garantizado el abastecimiento", concluye.

José Alonso, responsable de pescado en Mercasevilla, ha comprobado con "sorpresa" que sigue llegando pescado de Marruecos y de Italia, lo que pensaba que no ocurriría durante la crisis sanitaria, y añade que, a pesar de la variedad de producto del que disponen por el cierre de negocios hosteleros, Sevilla es "muy tradicional" y se sigue vendiendo mayoritariamente boquerón, acedía y chocos.

Además de la cantidad de productos, hay variedad y calidad. El responsable de frutas de Mercasevilla, Jesús Espinosa, asegura que la globalización es un hecho y por eso hay todo tipo de género durante todo el año. "Ya no hay fruta mala", afirma antes de detallar el proceso que se sigue con el plátano, que tiene "más cuidados que un niño chico" en las distintas naves específicas para lograr la maduración y el color adecuado del producto.

Durante el recorrido por las instalaciones de Mercasevilla, donde según sus responsables ninguno de sus 33 trabajadores ha sido infectado por coronavirus, los usuarios de la lonja demuestran cada vez más su "preocupación extrema" y su "respeto" por la facilidad con la que se contagia la enfermedad, según ha comprobado Espinosa.

Una de las pocas cosas que han variado durante esta pandemia es que los bares de la lonja están cerrados a cal y canto. Así lo exigió la Policía y por eso, al despedirse de los periodistas, sus responsables lo hacen prometiendo que la próxima vez invitarán a café. La hora es, desde luego, propicia para un cafelito caliente.

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