Según comunicó Luis Miguel Rubiales a los presidentes de las Federaciones Territorial en la reunión telemática que mantuvieron el pasado lunes, la RFEF quiere esperar a que el Gobierno Central comunique la posible fecha para volver a los entrenamientos de los equipos de la LFP y, en base a ello, fijar otra para el resto de competiciones no profesionales como Segunda División B, Tercera División y resto de categorías Territoriales o Autonómicas. Además las partes han decidido conceder una o dos semanas de plazo para estudiar todas las propuestas recibidas en la RFEF por parte de las Territoriales, en cuanto a la posible finalización express planteada en la presente temporada 2019-2020.
Y es que Rubiales se ha visto desbordado ya que su propuesta inicial ha sido tremendamente contestada y hay quienes inciden en la nulidad de la temporada, mientras que hay equipos de Segunda División B que incluso piden la creación de una categoría nueva, más profesional, Segunda División B Pro compuesta por dos grupos y el resto quedaría conformada por una Segunda División B amateur que sería una especie de Tercera División. Desde la Tercera División se ha formada una especie de grupo de líderes que han presentado una propuesta de ascensos distinta. La Cadena Ser avanzaba este pasado lunes el plan que han presentado 16 de los 18 líderes de grupo de la Tercera División., todos menos el Betis B y el Multivera aunque finalmente parece que tampoco ha firmado el Castelón, que contempla el ascenso directo a la categoría de bronce de todos los primeros clasificados y la inclusión de los quintos en la clasificación en el playoff express. Los líderes de cada grupo se han unido porque consideran injusto que no tengan ninguna ventaja en dicho playoff estando en lo más alto de la tabla. Por ello solicitan el ascenso automático y que, en el caso de haber fechas disponibles, sean los cuatro perseguidores quienes disputen esta hipotética promoción. Si no se pudiese celebrar, para beneficio del resto de equipos, los líderes pedirían igualmente su plaza en Segunda B. Eso implicaría que la próxima campaña hubiese 36 equipos nuevos en la Segunda División B, algo que muchos equipos entienden que no se puede llevar a cabo por ser económicamente inasumible.
El tema de la finalización de los campeonatos, siempre a expensas de las fechas que marque Sanidad, se ha convertido en un dardo envenedado para Rubiales y su junta directiva y de ahí que se quiera sopesar todo desde el punto de vista jurídico y, además, establecer los protocolos que deberán seguir los equipos en el caso de volver a los entrenamientos ya que obviamente no pueden fijarse, en casi ninguno de los casos,en los postulados por los que se va a mover el fútbol profesional y, evidentemente, antes de competir hay que fijar la seguridad de cada jugador y de cada equipo. Una cuestión compleja que debe solventar la RFEF si, ciertamente, quiere que la temporada finalice y no quede anulada.
La RFAF de cara las categorías de División de Honor Andaluza para abajo también está pendiente de unas decisiones que podrían tener mucho que ver con los movimientos que se hagan desde la Española.