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“No tienen miedo al virus porque no lo han sufrido”

Quienes se han enfrentado de una forma u otra al coronavirus lamentan algunos comportamientos que ven por las calles de Jerez

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  • Una de las zonas de Jerez más frecuentadas para pasear y hacer deporte -

Juan González de Quevedo perdió a su esposa Isabel, de 58 años, por Covid-19, el pasado 2 de abril. Su nombre está entre los más de 26.000 fallecidos que se ha cobrado la pandemia en España hasta ahora, por eso su viudo se indigna tanto cuando es testigo del comportamiento irresponsable de la ciudadanía en la calle. Afortunadamente, como dice, no son todos, pero sí son demasiados teniendo en cuenta el balance de vidas rotas que sigue dejando el coronavirus cada día. Su familia aún no ha podido darle una despedida “en condiciones” a Isabel, pero el pasado viernes Juan y sus dos hijos fueron a misa para recordarla. Cada día que pasa, reconoce, “me va costando más, me está pegando el bajón”.

No le ayuda “lo que veo en la calle”. “Me da pena ver lo que está haciendo el pueblo. Yo estoy saliendo poco y cuando lo hago veo la poca mentalidad de la gente, que está valorando más tomarse una cerveza y salir a hablar con los amigos, a su vida y la vida de las familias  después de todo este tiempo en casa que hemos aguantado. No todo el mundo lo está haciendo, pero los que están saliendo salen como ganado, desmadrados, con  tantas broncas y peleas. Están multando a los bares por los irresponsables que tenemos”, lamenta.

Cree que la gente ve demasiado lejano el virus “porque no lo ha vivido en sus carnes”, lo que explica que “no le tengan miedo, ni respeto porque no lo han sufrido”. Pero es que, además, con su actitud “tampoco están  respetando a los difuntos. Son muchas familias las que se han quedado sin su seres queridos. Es muy crudo, pero bueno si no se quieren ellos, a quién van a respetar”, critica. “Yo soy  el primero que llamo a la Policía si hace falta y si veo que alguien  no hace lo correcto, se lo digo, esto no se puede hacer, pero mis vecinos -es el presidente de la asociación de vecinos de la barriada El Pimiento-”están cumpliendo”.

Después de los familiares que han perdido a sus seres querido en la crisis sanitaria, los que se han llevado la peor cara de esta pandemia han sido los profesionales sanitarios. Lo han dicho por activa y por pasiva: nunca habían trabajado con una presión como lo han hecho en estos dos meses. Ahora las aguas están mucho más tranquilas y la carga asistencial se ha reducido considerablemente en los hospitales, pero esto no quiere decir, como reiteran, que la ciudadanía tenga que bajar la guardia como en muchos casos lo está haciendo. Es la sensación que tiene una auxiliar de enfermería de la UCI del Hospital de Jerez que ha vivido de cerca la evolución de la pandemia y que prefiere preservar su identidad. En la misma tónica que Juan, lleva “muy regular” ver las avenidas “llenas de gente” cuando sale de trabajar del Hospital de Jerez.  “No  he visto en mi vida tanta gente a la vez ni las avenidas  llenas de tantas personas. No lo entiendo después de tanto tiempo en casa, sin movernos,  pensaba que la gente iba a tener miedo, creo que esto ocurre porque no sabe  lo que es este virus ni lo que produce este virus. Esto sólo lo sabe los que lo han vivido en sus carnes o con gente cerca, pero en televisión han salido muchas cosas, ¿es que no han visto toda la gente que ha muerto?”, se pregunta.

Comprende la necesidad por cuestiones de salud de ir a caminar y a pasear desde que el Gobierno lo autoriza, pero no la de hacerlo por cuenta y riesgo, desoyendo las recomendaciones y las franjas horarias. “Yo voy a caminar desde el primer día, porque necesito  andar, pero intento hacer el trayecto y callejear para no alejarme de un kilómetro de mi domicilio, pero no entiendo la necesidad que tiene la gente en un bar”.

También creen que estas actitudes hacen un flaco favor al sacrificio que está haciendo otra parte de la población por seguir confinados en la lucha contra la propagación del virus. “Esto no ha acabado. Llevo dos meses sin ver a mis padres y a mi hermano. La vida la he hecho con mi hijo y en el hospital y yendo cada 15 días al supermercado. He salido porque he tenido que salir, pero creía que íbamos a estar todos más concienciados con todos. El virus todavía está ahí; estamos en la fase de desescalada”, advierte.

Quienes también han seguido al pie del cañón durante el estado de alarma han sido los agentes de las fuerzas de seguridad reforzando los controles dentro y fuera de las localidades para garantizar el cumplimiento del Real Decreto. Siguen con trabajo por delante y no se explican como a estas alturas los ciudadanos siguen sin entender la gravedad de este virus. “La gente no se da cuenta de la importancia de las mascarillas; no se la ponen, ni en el coche. Es una pasada; les estamos metiendo  multas de 600 euros por no llevarla en el coche (cuando lo comparten sin formar parte del núcleo familiar). De cada siete coche que paramos, dos de sus ocupantes van sin mascarillas y mientras no sean familia están obligados a llevarla si viajan en coche”, resalta este agente perteneciente al Destacamento de Tráfico de Jerez.

Además de los conductores, también es testigo cada día de cómo los viandantes hace “caso omiso” a la distancia de seguridad en la vía pública. “La gente va como antes, sin distancia de seguridad. No está concienciada, va pegada y pasa de los horarios, hace de todo. Hay veces que les llamo la atención, pero ya te cansas. Es una cuestión de responsabilidad”, sentencia.

“La gente cree que esto es un juego, sino no se tirarían a la calle como ganado”

“La gente se cree que esto es un juego, sino no se tirarían a la calle como ganado.  Si se reúnen en masa vamos a volver para atrás. Vamos a hacerlo correctamente y respetando las distancias de seguridad ”, señala Juan, que ha perdido a su mujer por Covid-19.

“Anímicamente los sanitarios no aguantaríamos un rebrote”

“Si hay un repunte o un rebrote, como se prevé,  yo te lo digo ya que anímicamente los sanitarios  no lo aguantaríamos. Yo te hablo de mi situación y de la de mis compañeros, y anímicamente estamos muy quemados. Estamos físicamente muy cansados y psicológicamente muy quemados. La gente se cree que ha pasado todo, y esto no es así, por eso llamamos a la responsabilidad”.

“En esta desescalada parece que hemos pasado de la fase 0 a la 3 directamente”

“La gente no guarda las distancias de seguridad, Hay muchas familias que están sentadas en la calle con sus hijos; todos juntos. Las terrazas están llenas de gente. En esta desescalada parece que hemos pasado de la fase 0 a la 3 directamente”, señala un guardia civil.

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