Agentes de la Policía Nacional han detenido en las localidades malagueñas de Marbella, Fuengirola, Estepona, y Coín; y en Barcelona a 12 personas presuntamente vinculadas con el envío a España a bordo de veleros de las 35 toneladas de hachís intervenidas en los últimos días, según ha informado la Dirección General de la Policía.
En esta operación, centrada en la infraestructura en tierra de la organización de narcotraficantes, se han realizado ocho entradas y registros en diversos inmuebles ubicados en la Costa del Sol.
La operación, según ha explicado la Policía, se inició en el año 2018 y ha permitido desmantelar una "activa y peligrosa" organización criminal de ciudadanos de origen búlgaro dedicados a diversas actividades ilícitas todas ellas relacionadas con el narcotráfico. El juez ha dictaminado prisión para ocho de los 12 arrestados.
El grupo, integrado por avezados traficantes de droga, alguno de ellos relacionado en el pasado con los conocidos 'vuelcos' o robos de sustancia estupefaciente a otras organizaciones, contaba con diversas armas de fuego y material de protección --como chalecos de protección balística--, además de vehículos de gran cilindrada y sofisticados sistemas electrónicos empleados para anular las señales de comunicación como medida de seguridad.
Asimismo, disponían de vehículos de alta gama con habitáculos ocultos --conocidos como 'caletas'-- con un sistema electrónico de apertura y cierre, fabricados al efecto, que utilizaban para la ocultación y posterior traslado de la sustancia estupefaciente, así como infraestructura inmobiliaria para el desarrollo de sus actividades ilícitas.
Los detenidos contaban con importantes contactos internacionales para la adquisición, almacenamiento, transporte y suministro de la droga, que les ha permitido participar en la organización del transporte de ingentes cantidades de hachís.
Según han indicado en un comunicado, las averiguaciones efectuadas han permitido a los investigadores confirmar una ruta ya empleada por las organizaciones criminales desde hace años, como alternativa a otras más tradicionales, utilizando los países del noroeste del continente africano como punto de encuentro e intercambio de clorhidrato de cocaína y hachís.
Supuestamente, los integrantes de la organización mantenían contactos con grupos de narcotraficantes de Bulgaria, Portugal, Guinea Konakri, y Grecia, con el fin de entregar y recoger sustancia estupefaciente de acuerdo con sus planes de distribución.
Esta investigación ha permitido desarticular una de las organizaciones criminales "más activas" que operaba en la Costa del Sol, presuntamente vinculada con la mayor incautación marítima de hachís realizada hasta la fecha.