Las mascarillas quirúrgicas son las más vendidas, principalmente por su menor precio, pero las personas mayores prefieren las FFP2, más caras, porque les protegen más, mientras que los jóvenes llevan mayormente mascarillas de tela, de diseño y más combinables.
Según han explicado varios farmacéuticos y vendedores de mascarillas consultados por Efe, las quirúrgicas son las más vendidas porque su coste es de entre 0,75 y 0,85 euros, y las FFP2, que valen entre 3 y 4,5 euros, son las preferidas por las personas mayores, que se sienten más vulnerables al coronavirus y optan por esta mayor protección.
"La que más se vende es la quirúrgica por el precio, en ninguna farmacia la venden a más de 1 euro, aquí la tenemos a 75 céntimos; después está la FFP2, que cuesta 4 euros y que por lo general es la gente mayor la que la pide, es bastante incómoda pero te protege a ti y al resto; sin duda, la más segura", ha explicado a Efe Josep, encargado de una farmacia en la calle de Berlín, en Barcelona.
Otra cosa es cómo llevan puesta después la mascarilla porque por la calle las distintas formas de llevar la protección buconasal convergen en el paisaje urbano.
Mascarillas por debajo de la nariz, mascarillas que cuelgan de la oreja al caminar, que penden de un codo o de la muñeca, o incluso, también, personas que deciden usar una sobre otra para "sentirse más seguras", como comenta Clara, una vecina de 46 años del barrio de Les Corts de Barcelona que utiliza una quirúrgica debajo de una FFP2.
El pasado 30 de octubre venció el plazo que el Ministerio de Industria autorizó para comercializar, ante la escasez de equipos de Protección Individual (EPI), las mascarillas KN95 -equivalentes a las FFP2- que no contaban con el sello de la Comisión Europea (CE), aunque Sanidad ha prorrogado que puedan venderse hasta finales de año.
"Las famosas mascarillas KN95 son las mismas que las FFP2, lo único que cambia es la nomenclatura, una es la que ha dado China a sus mascarillas y otra la que ha puesto la Unión Europea, pero sirven para lo mismo. Las que ha retirado Consumo del mercado son marcas que no cuentan con el filtrado adecuado para proteger contra la COVID-19", ha detallado la farmacéutica Virginia Calvo.
El pasado 27 de septiembre, Consumo publicó una lista con ocho marcas de mascarillas que se encontraban en el mercado y no contaban con la protección adecuada para el ciudadano, la mayoría porque su material filtrante tenía una penetración superior a la permitida.
"Es muy importante saber qué tipo de mascarilla quieres comprar y si está homologada. Aquí en la farmacia vendemos de tela, unas a las que les puedes poner filtro y otras que pueden ser lavadas hasta 50 veces, su precio es de 12 euros, a largo plazo es más económico", ha explicado Josep.
Las farmacias son los lugares por excelencia para comprar una mascarilla, pero al ser un complemento de uso diario, la moda y el diseño han comenzado a jugar un papel importante, sobre todo para los jóvenes, según comenta Calvo. "Las más vendidas en la gente joven son las lisas porque son más fáciles de combinar con la ropa", señala.
Tiendas de moda, estancos y bazares las han agregado a sus productos de venta. Lisas, con diseño o frases reivindicativas. "Puto virus", se lee en la mascarilla que vende un estanco de la calle Berlín, cuyo propietario, Albert Sicart, confiesa a Efe que decidió vender mascarillas para "tener de todo" e incrementar sus ingresos.
"El problema ésta en la gente que no se asegura si la mascarilla que compra está homologada o no", coinciden los farmacéuticos, que justifican la decisión de los centros sanitarios de no dejar entrar a nadie con mascarilla de tela porque muchas están hechas en casa y sin la mínima certificación.
La conclusión de los farmacéuticos es sencilla, si se tiene que estar en un sitio cerrado por mucho tiempo, vas a coger un vuelo o vives con un familiar de riesgo lo mejor es usar la FFP2, "tengas la edad que tengas". Preocuparse por la moda y la comodidad no debe ser prioritario.