El vicepresidente de la CEOE y presidente de la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA), Javier González de Lara, ha considerado que el Gobierno central no debe renunciar a 70.000 de los 140.000 millones en fondos europeos que se han fijado para España dentro del fondo para la reconstrucción, porque se necesita la totalidad del dinero.
En declaraciones a Canal Sur Radio, González de Lara se ha pronunciado así tras ser preguntado sobre una información que publica este lunes el diario 'El País', en la que se indica que de esos 140.000 millones, el Gobierno central renunciará a reclamar los 70.000 millones en créditos europeos y que sólo pedirá "a corto plazo la parte del fondo de reconstrucción que no hay que devolver y evitará endeudarse".
"No estamos para renunciar a ningún dinero en España", según ha señalado González de Lara, quien ha agregado que los 140.000 millones estaban "asumidos por la sociedad, por las entidades financieras, por el FMI y por el Banco Central Europeo".
Ha añadido que incluso los 140.000 concedidos a España "se van a quedar hasta cortos". "Ese dinero lo necesita España", según ha insistido.
Asimismo, ha querido dejar claro que los empresarios son "imprescindibles en el diseño y la ejecución de esos fondos europeos", apuntando que si no se aplican a través de la colaboración público-privada no van a tener éxito. Ha indicado que estamos hablando de proyectos de reindustrialización, de sostenibilidad o de innovación y o se cuenta con los empresarios o será "un fracaso".
Para González de Lara se necesita además conocer los criterios que el Gobierno central va a marcar sobre la colaboración público-privada.
De otro lado, ha mostrado su rechazo a la subida de impuestos en España, apuntando que una fiscalidad más gravosa no es la solución para hacer frente a la actual crisis. Ha recordado que España tiene en este momento la fiscalidad más elevada que la media europea en un 8 por ciento, y plantearse una subida de impuestos especiales o del IVA por parte del Gobierno central sólo generaría "desconfianza, incertidumbre y una situación de inestabilidad a los inversores".
"Tocar la fiscalidad es muy arriesgado, sobre todo, cuando el resto de estados europeos no lo han hecho", ha apuntado.