La dimisión de Ignacio Caraballo tanto en la Diputación de Huelva como en el PSOE onubense ha evidenciado una fractura en el seno del partido que aumenta por momentos. La vacante en la Presidencia de la institución provincial ha desembocado en una guerra fratricida que ahora ha salpicado a María Dolores Bermúdez Salazar, primera teniente de alcalde de Escacena del Campo y quien ocupará el escaño dejado por Caraballo.
Este lunes la Gestora del PSOE anunciaba que han propuesto a la Regional y a la Federal la designación de María Eugenia Limón como nueva presidenta de la Diputación, basándose en que contaba con el respaldo de la mayoría de diputados del grupo socialista en la institución provincial. En cambio, afines a la otra candidatura a la Presidencia, la de Ezequiel Ruiz, habrían negado esa mayoría, atribuyendo a Bermúdez, que aún no ha tomado posesión de acta de diputada, el apoyo a la candidatura de Ruiz.
Pues bien, este martes la aludida ha emitido un comunicado en el que niega la mayor y acusa de haber sido utilizada.
En ese escrito, al que ha accedido Viva Huelva, la edil de Escacena del Campo y primera suplente del PSOE en el partido judicial de La Palma del Condado a la Diputación lamenta lo sucedido: “Jamás pensé que mi llegada a la política provincial iba a ser así, estoy profundamente decepcionada con quienes han utilizado ni nombre para hacer daño a una compañera”.
Al hilo, asegura que ha dado su apoyo “tanto verbal como escrito” a María Eugenia Limón, “convencida de que la Diputación de Huelva merece a una presidenta como ella, una mujer íntegra, trabajadora y responsable”. Al respecto, afirma que “así se lo hice saber a la vicepresidenta de la gestora y coordinadora general, María Luisa Faneca, el pasado sábado cuando me llamó para saber mi opinión”.
Bermúdez insiste en que es “una mujer de palabra” y que trabajará “sin descanso” para “defender los pueblos de Huelva que, como el mío, necesitan más que nunca de las políticas socialistas”.
