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05/05/2024  

Jerez

El futuro está en manos de la afición, que necesita del respaldo institucional

El flamenco será lo que quieran aficionados y artistas,pero para rentabilizar el reconocimiento de la Unesco es imprescindible el empuje de las administraciones

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  • Una fiesta flamenca para promocionar el Flamenco desde Jerez en la Real Escuela -

Aficionados, artistas, promotores y críticos son conscientes de que el futuro del flamenco depende fundamentalmente de ellos, pero no dejan de advertir de la necesidad de que las administraciones públicas apuesten realmente por la preservación de este legado y el desarrollo definitivo de la industria que se mueve alrededor de esta expresión artística. 

Nicolás Sosa entiende que toda esta tarea debe llevarse a cabo de manera coordinada. “Creo que al final dependemos de las administraciones públicas, que son quienes tienen que dedicar recursos al arte flamenco, cada una en su ámbito de competencias. Los artistas, productores, peñistas sumamos siempre, pero cuando hablamos de acciones estratégicas que necesitan recursos hay que mirar a las administraciones, porque son necesarias”, explica el presidente de la Federación Provincial de Peñas Flamencas de Cádiz.

En este sentido, pide a la clase política que “se involucre y escuche” al sector, pero sobre todo que le ofrezca la posibilidad de “participar” en la toma de decisiones para que cualquier iniciativa que se ponga en marcha cuente “con el mayor consenso posible” y “conociendo la realidad del día a día del flamenco”.

El crítico Juan Garrido sostiene igualmente que las instituciones “tienen que estar” presentes “como en cualquier otro sector de la cultura”, pero recuerda que el flamenco “es realmente una cultura del pueblo que se transmite a nivel oral, de padres a hijos, y eso depende mucho de los propios protagonistas, de las familias cantaoras, de que los artistas creen afición... Las instituciones deben estar detrás, pero esto crecerá en base a que los artistas y los aficionados sigan unidos, como lo han estado hasta ahora”, reconoce.

Juan Alfonso Romero es promotor cultural, pero también peñista y por eso comparte en buena medida la idea anterior. “Si hay algún tejido que ponga en valor al flamenco como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad son las peñas, que constituyen un colectivo muy vivo y activo. Las peñas son un gran valedor para el flamenco. Todo lo que se haga debe ser promovido por las instituciones, pero siempre en colaboración con todos los agentes, públicos y privados. Esto no es tarea sólo de una parte, y presupuestariamente hablando el flamenco está a años luz de donde debería estar”, insiste.

Como artista que es, Ezequiel Benítez reconoce que “los aficionados, las peñas y los festivales siempre están ahí”, para a partir de esa base incidir en la necesidad de que las administraciones públicas trabajen para “cuidar” esta cultura. “Aquí cuando se organizan unas fiestas lo primero que se hace es llamar a los flamencos, pero luego vienen los presupuestos y no sé si es que los flamencos no estamos bien informados o que no se hace una buena gestión del dinero”, denuncia.

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