Unidas Podemos afronta un difícil reto para hacerse un hueco en el tablero político en Andalucía y en la provincia después de que la confluencia con Anticapitalistas e IU saltara por los aires con la expulsión de Teresa Rodríguez y otro ocho diputados autonómicos del grupo parlamentario andaluz a finales de noviembre acusados de transfuguismo por la formación morada.
La implantación y el poder territorial de la formación de Pablo Iglesias es mínima: en el conjunto de Andalucía apenas cuenta con 35 concejales; en la provincia, sin representantes propios en el Parlamento y con Noelia Vera como única diputada nacional, el peso específico de la coalición de izquierdas recae sobre IU en el ámbito municipal, con la alcaldías de Conil, Jimena, Medina, San Martín del Tesorillo y Trebujena bajo sus siglas y las de Alcalá del Valle, Bornos, Espera y Puerto Serrano con las de Adelante. Anticapitalistas, por su parte, solo controla Cádiz, con José María González, Kichi, pareja de Teresa Rodríguez y padre de sus dos hijos, a la cabeza, y abiertamente enfrentado tanto a los de Pablo Iglesias como a IU.
Kichi calificó en noviembre de “mamarracho” la expulsión de Teresa Rodríguez y aseguró que el ciclo político de Unidas Podemos ha finalizado. Hace unos días, se abstuvo en la votación de los presupuestos de la Diputación, tal y como había decidido de forma mayoriataria el grupo; por el contrario, el diputado de IU y alcalde de Bornos, Hugo Palomares, decidió dar el sí.
Sin embargo, IU no romperá el pacto en el Ayuntamiento de Cádiz ni la alianza en la institución provincial. Así lo declaró el lunes de la semana pasada el máximo dirigente de IU, Toni Valero, en rueda de prensa en la capital acompañado de la coordinadora regional de la formación morada, Martina Velarde, porque, a pesar de las diferencias, “por encima de todo deben estar las responsabilidades con los ciudadanos”.
Unidas Podemos también resta importancia a estos episodios y pasa por alto los excesos verbales del regidor. “Es un buen alcalde”, admiten fuentes del partido. Y valoran su lealtad. “Kichi no ha creado una cuenta bancaria ni se ha quedado con las claves de las redes sociales ni ha tratado de patrimonializar la marca Adelante Andalucía a diferencia de Teresa Rodríguez”, apuntan. La animadversión hacia la dirigente roteña es ostensible porque no perdonan que haya llevado cabo un proceso de inmatriculación de las siglas de Adelante Andalucía como “el de la Iglesia con la mezquita de Córdoba”.
En la lista de agravios, sitúan el hiperliderazgo como primer reproche. En seis años, no se ha llevado a cabo ninguna consulta para dar participación a los militantes. La única celebrada, sobre el pacto entre los socialistas y Unidas Podemos para gobernar en España, al que se negaba Teresa Rodríguez, reflejó la escasa importancia en número de Anticapitalistas, que apenas sumaron un 3% con el no. “Caben en un taxi”, señalan las mismas fuentes de la formación morada. Razón por la cual, explican, ha ejercido sus responsabilidades de manera personalista. Ha imperado el ordeno y mando. La única estructura provincial creada “fue impuesta desde Sevilla”.
Con este panorama, Unidas Podemos confecciona agenda propia, con reuniones como la mantenida la semana pasada con el sector industrial, y la política social como ejes vertebradores, al tiempo que vuelve a echar a rodar la actividad de los círculos. En seis meses, ha elegido a responsables en Conil, Espera, Los Barrios, Chiclana, Sanlúcar, Puerto Real, El Puerto, San Roque, La Línea, Algecira0, Cádiz y Jerez, municipio donde se cuenta el mayor número de militantes, unos 120. El objetivo ahora es rearmar ideológicamente a la formación y conseguir que Unidas Podemos sea reconocida en todas las localidades como “un ente político plural, diverso, ejemplo de democracia interna y organización coral, alejado del personalismo y capaz de hacer valer el papel que está desempeñando en el Gobierno de la Nación en favor de los intereses de los andaluces”. “Los resultados son buenos y el espacio político es inmenso”, reflexionan las fuentes consultadas, quienes no se plantean aún si concurrirán a las elecciones con IU o no. Sí tienen claro que con Anticapitalistas es prácticamente imposible. Todos los puentes están rotos y la guerra sigue abierta.