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Francia impone un confinamiento suave a 23 millones de ciudadanos

El Ejecutivo ha identificado las zonas más afectadas, donde impone un cierre perimetral

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  • París. -

Frente al avance "preocupante" de la covid en Francia, impulsado por la cepa británica, el primer ministro francés, Jean Castex, anunció un confinamiento suave de un mes en los 16 departamentos más afectados, incluida la capital, que acogen a 23 millones de franceses, un tercio de su población.

Al tiempo, el Gobierno galo mantiene su confianza en la vacuna para superar la crisis y, tras la opinión favorable de la Agencia Europea del Medicamento (EMA), señaló que a partir de mañana se reanudará la inyección de AstraZeneca, suspendida desde el pasado lunes.

El Ejecutivo ha identificado las zonas más afectadas, donde impone un cierre perimetral: se trata de la región de París, la de Hauts de France, en el norte, los Alpes Marítimos, en la costa Mediterránea, y la Seine Maritime y el Eure, en el noroeste.

Convencidos de que el virus se contagia menos en espacios abiertos, el Ejecutivo apuesta a partir de este fin de semana por permitir en esos departamentos las salidas de los ciudadanos a parques y zonas despejadas en un radio de 10 kilómetros, pero buscará reducir al máximo las reuniones en lugares cerrados.

Para favorecer las salidas al aire libre, que el Ejecutivo considera esenciales para mantener el equilibrio psicológico de la población, el primer ministro anunció que el inicio del toque de queda se retrasará en todo el país una hora, hasta las 19.00.

Francia, que mantiene cerrados los bares, restaurantes y locales de ocio, igual que teatros, museos y cines, desde finales de octubre pasado, extiende la medida en esos 16 departamentos a todos los comercios no esenciales.

En total, 110.000 establecimientos estarán cerrados en las zonas afectadas, aunque con la novedad de que librerías y tiendas de discos podrán seguir abiertas.

También se reducirá a la mitad el alumnado de los institutos, aunque las escuelas seguirán funcionando con normalidad, indicó Castex, quien evitó al máximo pronunciar la palabra "confinamiento".

El primer ministro lanzó un enésimo llamamiento a generalizar el teletrabajo, para reducir los contagios en las empresas, que representan el 29 % del total.

Sin embargo, el jefe del Gobierno reconoció que las medidas adoptadas hasta ahora no han logrado doblegar el avance de la pandemia, que atenaza el sistema hospitalario, pero alertó también de las consecuencias de un confinamiento severo, como los adoptados en marzo y noviembre de 2020.

"VÍA FRANCESA"

Castex consideró este dispositivo como "pragmático, proporcionado y territorializado" y lo contrapuso a los de otros países, como Alemania, que lleva tres meses de cierre duro, o Italia, que está a punto de decretar un cuarto confinamiento.

El primer ministro defendió la "vía francesa" frente al virus, con medidas "indispensables, pero equilibradas" que permiten "frenar el virus sin cerrar el país".

Francia ha buscado una fórmula intermedia entre las necesidades sanitarias y la actividad económica.

El Ministerio de Economía cifró el impacto de estas medidas en 0,2 puntos del PIB, lo que sumado a 1.200 millones de euros en ayudas a los sectores más afectados tendrá un coste de 7.200 millones para las arcas públicas.

Castex aseguró que un confinamiento duro desde enero, como hizo Alemania, habría desembocado en muchos meses de cierre, que hubieran sido prolongados por la llegada de la cepa británica.

Esta supone tres cuartos de los casos actuales y tiene peores consecuencias en los pacientes, que están saturando las unidades de cuidados intensivos a razón de uno cada cuatro minutos.

En la región de París las unidades de cuidados intensivos están ya al 102 % de su capacidad.

FE EN LA VACUNA

Los departamentos afectados rondan o superan los 400 contagios por cada 100.000 habitantes en siete días, lo que ha llevado a encender las alarmas.

Con estas nuevas medidas, que Castex aseguró que pueden ser prolongadas en el tiempo y extendidas a otros territorios en función de la evolución de la pandemia, el Gobierno pretende frenar su avance a la espera de que se generalice la vacuna.

El primer ministro acogió con entusiasmo la decisión favorable de la EMA a la vacuna de AstraZeneca y, como ya había anunciado, él mismo se la inyectará este viernes para dar ejemplo a la población.

La campaña de vacunación se acelerará en abril con la llegada de nuevas dosis de todos los laboratorios. A mediados de ese mes deberán estar protegidos todos los mayores de 75 años y los vulnerables de más de 50.

En mayo se espera haber inyectado a todos los mayores de 50 años, 20 millones de personas, para llegar a mediados de junio al objetivo de dos tercios de la población de más de 18 años, 30 millones de franceses. 

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